Después de un día ajetreado en el buffet de abogados, el regresar a su casa le resultaba muy placentero a nuestra peli morada, Ayano, y más teniendo a sus personas favoritas esperándola todas las tardes.
Pero... solo tuvo que pasar el umbral de su puerta para comprender lo que estaba pasando en su casa, bueno, eso y que había ropa muy pequeña regada por todo el piso de la sala.
Al ver esto, solo pudo suspirar con una pequeña sonrisa de cansancio y seguir entrando a su casa, mientras recogía el pequeño rastro de ropa que llevaba hacia arriba de las escaleras.
– Kaori, que te he dicho – se escuchó al final de las escaleras – si vas a saltar en la cama al menos ponte pantalones – Ayano dio unos pasos más y pudo distinguir a su Toshino Kyoko intentando regañar a una pequeña niña de no más de cuatro años.
De cabellera rubia atada en una coleta y con ojos cerrados debido a la diversión que estaba pasando, se encontraba saltando en la cama mientras solo vestía una delgada camisa que cubría todo su cuerpo.
Kyoko, ya más en serio, atrapo a la pequeña niña para que esta parara de una vez por todas de saltar, en ese momento se pudo apreciar los hermosos ojos magentas de la pequeña con los que volteaba a ver a la rubia más grande con diversión.
– pero Kyo-sensei, aun quiero jugar – dijo con una voz tan linda e inocente que Ayano no pudo no morir de ternura.
– ¿porque sigues llamándome asi? soy tu madre – se podía escuchar a Kyoko un poco alterada por la forma en que la llamo la niña, había tomado esa manía de decirle a si en ocasiones, esto después de ir con Kyoko a una exposición de su trabajo, en la que, compañeros de la rubia la llamaban asi, por lo que al parecer a la niña le pareció genial también hacerlo o solo le gusta molestar a su mamá.
– ma~má – al parecer la pequeña comprendió el malestar de su madre y la complació mientras la abrazaba.
– pequeña tramposa – dio su característica sonrisa marca Toshino, ya que no podía enojarse con su hija – bien, no perdamos más el tiempo Kaori, mami regresara en cualquier momento y tú no has tomado tu... –
– Y creí que esta vez lograrías bañar a Kaori antes de que yo regresara, Kyoko –
Ambas rubias se sorprendieron por la voz detrás de ellas, voltearon la mirada y lograron ver a Ayano recargada en el marco de la puerta, algo divertida por su reacción, pero luciendo dominante con sus brazos cruzados.
– ¡Mami! – la pequeña salto felizmente de los brazos de la rubia mayor para correr y abrazar a su otra mami – Okaeri –
– Tadaima – Ayano correspondió con el mismo entusiasmo mientras levantaba en brazos a su hija
Luego, ambas voltearon a ver a la otra rubia.
– Ayano, ¿porque llegaste tan temprano? – dijo mientras posaba la mirada para todos lados menos en la peli morada.
– ¿temprano? Son más de las seis, Kyoko, sabes que Kaori ya debió haber tomado su baño –
– bu...bueno, tengo una explicación para eso –
– no hay explicaciones, Kyoko – intento regañar a la Toshino – que voy a hacer con... –
– ¡Yo también te extrañe! – reclamo Kyoko mientras se lanzaba a abrazarla con fuerza, bien que sabía que solo tenía que ser dulce con Ayano para que no la regañara.
Kaori siempre se divertía con estas interacciones de sus madres.
– ¡que! – y tenía razón, ya que Ayano se sonrojo como solo ella puede – tu... tu nunca cambias, Toshino Kyoko – dijo mientras dio un pequeño suspiro.
– y tu sigues siendo una Tsundere, Toshino Ayano –
Asi es, como es obvio, Kyoko y Ayano llevaban cinco maravillosos años de feliz matrimonio, y no solo eso, debido a todo ese amor que se profesan lograron darle vida a su pequeña hija que lleva por nombre, Toshino Kaori, quien era la luz de los ojos de las jóvenes madres y tomaba lo que para ellas era lo mejora de cada una.
Hiperactiva y amigable como Kyoko, pero diligente y bondadosa como Ayano, su mezcla perfecta.
– no creas que te has salvado de esta, Kyoko – intento separarse de ella para poder bajar a su hija – explícame ¿Por qué Kaori no se ha bañado? –
– no es mi culpa, TÚ HIJA es una rebelde – se quejó Kyoko apuntando acusadoramente a Ayano.
– también es tu hija – lo dijo por lo obvio – además, tú eres el adulto aquí, deberías de tener el control de la situación –
– yo solo soy una jovencita en el cuerpo de un adulto – comenzó a dramatizar la rubia mayor – además esa pequeñita no se parece en nada a mí, ¿cómo pruebas de que es mi hija? – afirmo con exageración
– se parecen más de lo que crees – pensó Ayano con cara de obviedad mientras veía a Kaori imitar a Kyoko por detrás de esta, no le quedo más que suspirar – no tengo la suficiente energía para esto, Kyoko, tenemos que hacer que Kaori se bañe –
– bueno, inténtalo tú, pero te advierto de que ese diablillo se opondrá, es igual a su madre – dijo mientras ponía sus manos en sus caderas en señal de razón.
– Kaori – Ayano ignoro a la rubia y llamo a su hija con suavidad mientras se arrodillaba para quedar a su altura, Kaori, como todo ser que ama a su mami, miro con sus lindos ojos magentas y abultando sus labios a Ayano – ¿quieres tomar un baño con mami? –
Ante la dulzura en la voz de Ayano, ambas rubias se sonrojaron.
– es como verte en un espejo, Kyoko – volvió a pensar Ayano.
– si quiero, mami – aun sonrojada y algo tímida, Kaori le dio una linda sonrisa a la peli morada.
Sin más que decir, madre e hija se fueron felizmente al baño, sin antes Ayano sonreírle con superioridad a Kyoko por haber logrado que su hija accediera.
Por otro lado, Kyoko solo se sonrojo más por la mirada de su esposa, no puede negar que le gusta todas las miradas que Ayano le daba, pero no lo va a reconocer en estos momentos que ha quedado humillada.
Ante la situación solo pudo sonreír, esto le confirma que aún le faltaba mucho por aprender para poder criar de la mejor manera a su hija, y no podía estas más ansiosa por eso.
– espérenme, yo también quiero tomar un baño –
Fue lo último que dijo antes de salir corriendo para alcanzarlas.
Continuara
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Como Criar a los Hijos
HumorPorque nadie te enseña a cuidar a tus hijos, acompaña al matrimonio Toshino y sus intentos por criar a su pequeña