Y es que en este tiempo me he dado cuenta, de que los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas. Que tú has hecho infinito mi límite. Asi que te doy las gracias por ser la única persona de hacerme llorar riendo. Por aparecer en mi vida con esa sonrisa loca, por ese brillo en los ojos, capaz de luchar contra un millón de tsunamis. Así que no, no se donde estaremos dentro de 10 años, ni se como se sale de Roma. No te puedo asegurar nada. Pero te prometo que pase lo que pase, estés donde estés, voy a acordarme de ti toda la vida, y por eso, mi luna va a estar siempre contigo. Porque tu, me enseñaste a vivir cada día, como el primer día del resto de mi vida. Y eso, eso no lo voy a olvidar nunca.