Prólogo - Feliz año nuevo

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Pensé que podría ser una buena idea venir a Nueva York en las vacaciones de navidad, porque claro, ¡Es Nueva York! Pero no fue hasta que me encontraba el 31 de diciembre a las 11:58 PM con ese lindo vestido de lentejuelas negras que me di cuenta que quizás aceptar la invitación de mis amigos no fue precisamente la correcta.

Así que aquí me encuentro despidiendo el mejor de los años, con la mejor compañía en el peor lugar para exhibir mis piernas... No todo puede ser perfecto, ¿Cierto?

—10, 9, 8­— Coreaba la multitud mientas veía la gran bola descender, el ambiente se tornó bastante romántico, melancólico y aunque suene cliché, me sentí infinita en ese momento. Mi grupo de amistades se encontraba deslumbrado, me pregunté si sentían lo mismo que yo, cada uno con su pareja o simplemente contando los segundos con el rostro lleno de lágrimas —5, 4, 3...

No fue hasta que sentí un guante de algodón tomar mi codo y bruscamente voltearme que logré despertar de mi ensueño.

—Feliz año nuevo— Susurraron esos ojos azules en mis labios justo antes de plantarme un beso que jamás olvidaría.

Me equivoqué... Todo era increíblemente perfecto.

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