"¿De dónde diablos sacó un bate, Señora Foster?"

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Vicky POV's

— ¡Despierten, perras!

Si había algo que detestaba de vivir en una casa tan poblada eran precisamente los gritos de la señora Foster. Sí, la mansión de la señora Foster y Jo, Caleb, Noah, Gina, Elliot, Audrey, Jasper y yo éramos los amigos imaginarios.

La señora Foster era una acianita de 65 años bastante jocosa que vivía muy cerca de la universidad y a raíz de la muerte de su esposo, decidió alojar a estudiantes a cambio de una suma bastante tonta de dinero (Lo cual era entendible porque esa mujer estaba nadando en dinero) y compañía. Básicamente era una residencia con olor a fraternidad.

— ¿Sabe, Julia? — Dijo Jasper en un bostezo — Eso de levantarnos todos los días alrededor de unas diez mil horas antes es innecesario y cuando le agrega esos gritos, resulta molesto.

No, Jasper no es una persona matutina.

Y así eran básicamente todas mis mañanas.

La casa era gigante y no me sorprendía que nuestra dulce mamá gallina quisiera compañía; era absurdo que su esposo y ella vivieran por tanto tiempo solos en esta casa. Habían cinco cuartos, tres baños y hasta una piscina... ¡Piscina! ¿¡Para dos jubilados!? De nuevo, absurdo. Aunque ella siempre decía que no tuvieron hijos, por la decepción en sus ojos, tengo el presentimiento de que es una mentira.

Utilizábamos solo tres cuartos, incluyendo al de la señora Foster, los otros dos eran una pequeña sala de estudio y el cuarto del "amor", bautizado así por los anteriores residentes de la casa que, por lo que escuché, fueron los que le dejaron el olor a fraternidad.

¿Pensaron que era cosa mía? De hecho, ese es el lema de la casa. Residencia unisex con olor a fraternidad.

Compartía habitación con Jo, Gina y Audrey aunque de vez en cuando Caleb dormía con nosotros, lo cual era bastante gracioso porque:

1.- Jo, Caleb y yo somos mejores amigos.

2.- Caleb es mi ex novio.

3.- Caleb me engañó... Con Josh... Un chico.

Fue algo fácil de superar, gracioso y hasta un poco de novela. Pero sí, mi ex novio gay duerme conmigo los domingos pero estoy segura de que es por evitar dormir en la misma habitación que Elliot -que compartía habitación con Noah, Jasper y él- porque entre ambos hay una tensión amorosa bastante fuerte.

Hoy era el primer día de clases después de las vacaciones de invierno y debo decir que no estaba psicológicamente preparada para vivir este momento. Aún nevaba y cuando no lo hacía, el frío era atroz de todas maneras.

Aunque la universidad quedaba a eso de quince minutos caminando, esa gracia solo la hacíamos en primavera, en cualquier otra circunstancia utilizábamos el regalo de graduación de Elliot: Una gigante y linda camioneta cuyos asientos de adelante tienen calefacción. Lo único que tenía en mente era ganarles el asiento del copiloto.

Aproveché que todos menos Jasper seguían en la cama para correr hacía el baño.

— ¡No me ganarán ese puesto hoy, idiotas! — Corrí hacía el baño con toda la fuerza que nunca le había puesto a la vida, abrí la puerta solo para encontrarme a un muy desnudo Elliot en la ducha.

Grité, gritó, gritamos y no sé ni de dónde ni cómo salió la Señora Foster con un bate en la mano.

Una hora después de ese pequeño teatro matutino, nos encontrábamos todos juntos desayunando.

— No puedo creer que le viste las pelotas a Elliot — Se rió Jo a lo que hice una mueca de asco. — ¿De dónde diablos sacó un bate, Señora Foster?

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