Mi Mejor Amiga, Mi Alma Gemela.

Dias juntas

Nuestros horarios de clases solían ser por la tarde de 13:30hs a 18:30hs, por lo cual en la mañana de los martes y jueves teníamos gimnasia en "la torcasa" un lugar donde la mayoría de las escuelas de la zona hacen gimnasia, también a veces hay recitales, en el verano se hacen los corsos, bueno en fin, Luz me pasaba a buscar media hora antes pero como a mi nunca me gustó ir (porque creo que es completamente desagradable) nos quedábamos tomando mates y escuchando musica a todo volumen y los días que si asistíamos, a la vuelta, pasábamos por mi casa, tomábamos mates y después se iba.
Los fines de semana eran de amigos, así que en total eramos 4 o 5. A veces nos divertíamos demasiado, otras no tanto pero al fin y al cabo siempre la pasábamos bien. Pero nuestros fines de semana siempre fueron diferentes, no es siempre juntarnos con las mismas personas, siempre tenemos diferentes propuestas. Una noche nos fuimos con todas nuestras amigas a bailar, la primera vez que salíamos todas juntas, fue un descontrol, bailamos mucho, cantamos y mas que nada disfrutamos la noche. Otra de las mejores noches en un boliche fue en el cumpleaños de la prima de Luz, realmente una de las mejores noches junto a nuestras amigas. Pero así como tuvimos muchas noches de boliches o con amigos, también tuvimos noches de películas, pero películas tristes, como por ejemplo "Bajo la misma estrella", con esa película lloramos hasta mas no poder, las dos lloramos "mares", la película terminó, nos abrazamos y seguimos llorando, recuerdo que yo le decía que porque terminaba así, que no tenía que pasar eso y cosas así, se ve que en ese momento estábamos muy mal de amores porque todavía no entiendo como es que lloramos tanto por una película. A veces nos íbamos a la casa de mi papá, eran fines de semana de borracheras, películas, asados y música.
Todas esas cosas y muchas mas, que si tendría que contar detalladamente creo que para un libro no me alcanzaría. Puedo asegurar que son momentos de nosotras que nunca voy a olvidar, sean tristes, malos o buenos.
Siempre nos imaginamos a las dos de ancianas, tomadas del brazo, caminando o tomando mate, acordándonos de todas estas cosas, riéndonos de todos nuestros momentos. Y porque no, también, contándoselo a nuestros hijos y después a nuestros nietos.