The Wolf & I =STEREK=

Epílogo.

Despues de despedirme de mis padres, regresamos a la orilla para refugiarnos donde mi abuela de los aldeanos, ya que nadie se atrevería a ir a esa casa ya que no sabían o les daba miedo porque estaba un poco alejada.

Llegamos a la orilla bajé primero del bote sumido en mis pensamientos de cómo le iba a hacer ahora sin mis padres...

Escuché el bote nuevamente andar en el agua y volteé para encontrarme a Derek aún en el bote y yéndose al otro lado del claro.

--¿Derek? ¿Qué pasa? ¿Porqué te vas? - pregunté con temor a que estuviera abandonándose.

--Lo siento Stiles, pero tengo algo que hacer antes de venir por ti y estar por fin contigo. - dijo, con una pequeña, pero hermosa, sonrisa.

--¿Qué es lo que tienes que hacer? Y ¿Cómo puedo estar seguro de que regresarás? - pregunté aún más confundido.

--Tengo que ir a buscar a mi tío Peter, el causante de las muertes en este pueblo y poner fin a todo esto. - dijo de manera seria --Y regresaré contigo porque... porque tú eres mi compañero, mi alma gemela. Tú fuiste hecho para mí y yo fui hecho para ti...

Dicho eso, sus ojos brillaron y formó la sonrisa más deslumbrante que había visto en mi vida. Sentía tristeza por su marcha pero al mismo tiempo sentía emoción por volverlo a ver y así poder besar sus labios.

--Regresa pronto, Der. Te quiero - susurré.

--Yo también te quiero, Sty. - respondió.

9 meses después.

Al parecer, todos en el pueblo pensaban que estaba muerto o algo así por lo que me había dicho Scott, que aún después de acusarlo de ser el lobo me perdonó y vino a visitarme todos los días, trayendo noticias acerca de la aldea y algo de comida para mí y para mi abuela al igual que me apoyó en la ausencia de Derek.

Derek... hacía ya 9 meses que no lo veía, pero tenía un presentimiento de que pronto lo volvería a ver.

Era una noche fresca y no podía dormir, así que decidí salir a dar un paseo a los alrededores llegando al claro donde estaban mis padres y por donde Derek se había ido hace tiempo.

La paz que sentía era algo tranquilizador pero a la vez agobiante, extrañaba a mi familia, a mis amigos y, aunque no quisiera admitirlo del todo, a los aldeanos...

Cuando el viento empezó a soplar más fuerte fue cuando decidí regresar a casa e intentar dormir. Cuando estaba apunto de entrar un ruido de ramas quedándose se escuchó detrás de mí y me quedé petrificado con la mano en la perilla. Lentamente di la vuelta y pude apreciar un gran lobo negro. Nos quedamos mirándonos un buen rato hasta que el lobo hizo brillar sus ojos a ese color tan familiar para mí y fue cuando me lancé a correr hacia él y abrazarlo aún en su forma animal.

--Perdona la tardanza. - dijo con su voz grave.

--No importa, el punto es que ya estás aquí. - respondí apretando aún más el agarre sobre su cuello --Te extrañé tanto...

--Y yo te extrañe a ti. - aún con esa grave voz se podía notar el cariño que transmitían sus palabras --Pero ahora estaremos juntos, siempre.

--Sí. - susurré --Siempre...

Después de haberle dejado una carta a mi abuela y a Scott explicando los motivos -o motivo- por los cuales me iba, subí al lomo de el lobo que también era mi alma gemela, y emprendimos viaje hacia donde sólo pudiéramos estar el lobo y yo juntos, para siempre...