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La recomendación del día. mi amor infinito ALEJANDRO ♥

Me han engañau'  (/oT)

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-  Vamos, no seas llorón - sonrió el castaño, al moreno, tendiendo su mano - Sólo ha sido una caída tonta, ni tienes tan raspada la rodilla - aseguró.

-  Me duele Hyung – se defendió - para ti, que ya es costumbre estar regado en el suelo, por torpe, está bien éste rasguño... Pero a mis ojos, creo que puedo ver el hueso de mi rodillita – hizo un mohín, mirando con tristeza su piel lesionada.

Estaban jugando en el parque, cuando una rama se atravezó en el camino del menor, haciendolo caer de repente, siendo sus extremidades las mayores afectadas, en segundo plano, las palmas de sus manos estaban rojas y heridas, pero por lo menos, no sangraban como las rodillas.

La sangre era algo que asustaba demasiado a Namjoon, bueno, a cualquier niño de siete años, excepto a Seokjin, que cada ocho de diez se encontraba siendo recibido con comodidad por el pavimento debido a su poca atención, y además porque él era mayor.

Para cualquiera, el moreno corrió sin sentido cuando de la nada gritó "las traes", y con eso, sumado su grito eufórico, le advirtieron al mayor que él debía perseguir a su amigo, haciendo justamente eso sin rechistar. No era la primera vez que el chico le hacía eso, para reírse cuando le faltaba el aire, porque el pelinegro era tan hiperativo como burlon.

A los ojos de la lógica, lógica adulta y coherente cabe destacar, la torpeza la tuvo Nam, por no fijarse por donde corría; pero muy al contrario, para el ojo del herido en cuestión, esa rama estaba cruelmente colocada allí para que alguien se tropezara con ella, porque:

"Hyung, yo sí me fije y no había nada ahí"

-  Duele Jin – se quejó de nuevo el moreno, y al castaño no le quedó más que sonreír por los hoyuelos que se formaban en sus enormes mejillas cuando apretaba los labios, y aparecían las medias lunas que dibujaban sus rasgados ojos cuando elevaba la comisura de estos. El menor estaba sentado con la pierna lesionada tomada con ambas manos y su otra pierna, no tan herida, flexionada sobre la tierra, ensuciando su short y piel; sus ojos expresaban el escozor que le torturaba la pierna derecha, y sus enormes y abultados labios se fruncían en un puchero adorable...

Demasiado lindo para ser un joven con el rostro serio y de neutra sociabilidad con el resto de críos de su edad.

-  Quien te viera Namjoon, no creería más en los rumores tontos que el tal Jiho anda diciendo - sonrió.

Pero no como habitualmente lo hacía, sino de aquella manera encantadora que le hacían ver como un niño bueno y bien portado incluso sin la presencia de adultos, cuando Namjoon ya sabía que no era así. Porque cuando nadie miraba, Jin tomaba cosas de las canastas de las verdulerías, escapaba de su hermano, correteaba los animales tranquilos y le hacía muecas feas a los bebés para que sollozaran.

Era terrible que un niño como él tuviese esos gestos, siendo tan travieso, cualquiera pensariá que es un ángel, si sonreía de esa forma que le arrebataba sin piedad las ganas de seguir sollozando por su rodilla lastimada al pelinegro.

Era injusto que Jin tuviese la cara de niño bueno, y Nam la de un niño malo, cuando eran personalidades completamente opuestas, como si antes de nacer, a pesar de la diferencia de edad, ambos hubiesen intercambiado rostros, o expresiones.

Enamorado de Seokjin-HyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora