Arcadia Eincreid

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Había una vez un joven llamado Jack. Era alto, de ojos café oscuro, con una mirada de las que enamoran. Su tez era aperlada; contaba con el cabello largo en un tono negro. Él tenía a su novia, que era lo que más amaba; lo que necesitaba para ser feliz. Pero las cosas de repente empezaron a cambiar. Todo empezó la madrugada del 15 de febrero del año 2029 cuando Jack regresaba de una de las más fantásticas noches de su vida junto a su novia pero...

Sucedió un trágico accidente automovilístico donde perdió a su novia. Jack sintió que todo su mundo se caía en pedazos debido a su gran pérdida y durante todo un mes se lamentó pues creía que era su culpa; todo por querer salir de fiesta, todo por el maldito alcohol. Después de 3 meses surgió una nueva oportunidad de olvidarlo todo fuera de América; embarcándose en un viaje directo a Europa. Pero una horrible tormenta los sorprendió. Grandes olas golpeaban al barco mientras la fuerte lluvia golpeaba a los que intentaban bajar del barco a los botes salvavidas pero, ¿por qué bajaban? Una caldera había explotado haciendo sonar las alarmas del barco; todos corrieron hacia dichos botes. Todos menos Jack que no temía por su vida ya que en esos momentos le daba igual si vivía o moría.

Decidió subir al último bote salvavidas justo cuando el barco estaba por hundirse debido a que la tormenta empeoraba cada vez más; los demás botes se alejaban quedando a la deriva en el ancho mar, algunos siendo golpeados por las olas, otros hundiéndose. Se percató que el capitán del barco ya estaba dentro del bote al que había saltado. Ambos pudieron observar a varios pasajeros que flotaban muertos en el ancho mar. No había tierra a la vista, solo había agua y más agua. Después de varias horas la tormenta por fin cesó.

Habían naufragado por días, quizá ya eran meses. No llevaban consigo víveres del barco; razón por la cual murió el único acompañante de Jack. No le quedó más remedio que tirar el cuerpo al mar para después tirarse sobre el bote para morir abandonado. De pronto sintió que el bote estaba siendo golpeado por algo sólido.

-¿Qué será? –se preguntó.

Jack se levantó para saber contra que estaba chocando el bote salvavidas dándose cuenta de que había un banco de piedras. Y fue en ese entonces cuando observó una isla. Remó sin parar hasta llegar a ella y desembarcó en lo que parecía ser el puerto de la misma. Bajó del bote y caminó sobre la isla sorprendiéndose por lo hermosa que la encontraba. Entre más se adentraba observaba extrañas flores y plantas de brillantes colores. Después de haber caminado durante un largo tramo encontró un arco gigante de árboles y a un lado de ella una roca con algo escrito en letras verde esmeralda brillante, se acercó poco a poco para observar lo que estaba grabado en ella. Era una advertencia. La leyó en voz alta:

"Cosas fantásticas hay en mi mundo pero una vez dentro no habrá vuelta atrás".

Sin dudarlo Jack entró. Al pasar por el arco sintió algo maravilloso, quizá una sensación de felicidad, quizá un presentimiento de que por algo había encontrado ese lugar. Caminó por un sendero iluminado por algo que parecían pequeños focos que flotaban en el aire e iluminaban de un color dorado; a lo lejos se veía una civilización al parecer muy avanzada, mucho más que los humanos. Se podía escuchar que la gente de esa civilización hablaba pero por más esfuerzo que hacía por entender lo que decían no lograba hacerlo. Ellos se dieron cuenta de su presencia y se acercaron a él en grupos reducidos.

-Aléjense de mí –les gritó aunque sabía que no lo entendían. Se asustó al verlos acercarse y pensó en correr, pero sabía que eso no funcionaría, pues no había manera alguna de que regresara a su bote salvavidas. Pero cuando se acercaron totalmente a él lo condujeron a una especie de posada y al notarlo sucio y con el cuerpo demacrado, le ofrecieron algo de comer y unas prendas pertenecientes a ese lugar. Al día siguiente Jack salió de la posada en la que fue acogido y se dispuso a recorrer las calles de esta nueva civilización dirigiéndose al arco por donde había ingresado y se dio cuenta que tenía otra leyenda. Se acercó a leerla y lo que leyó le hizo entender que era el nombre de ese lugar.

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