Capitulo 1

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Aquella mañana, donde ligeras gotas de roció acariciaban las mejillas de los parisinos y las nubes grisaseas daban un aspecto sepulcral a la ciudad, dos jovenes conversaban entretenidos siendo cubiertos cada uno por su respectivo paraguas, la sonrisa no se borraba de sus rostros y es que, a pesar del clima, disfrutaban de aquel encuentro, disfrutaban de la compañia mutua.

La azabache no pudo evitar soltar una carcajada, cada palabra salida de aquellos labios que hace mucho ella anhelaba solo le provocaban sonoras risas, sus miradas se cruzaron por una fraccion de segundos, en ambas pupilas se denotaba un incomprendible deseo cubierto por una capa de felicidad que cubria aquellas verdaderas intenciones, la chica apreto el mango del paraguas con fuerza conteniendo la necesidad de abrazar a su par.

El rubio admiraba a aquella chica a su lado, sus bellos ojos azules brillaban al reir, por ello, se habia propuesto hacer lo que sea con tal de observar ese brillo unico disperzarse en las gemas que el concideraba, eran las mas valiosas que existian.Un silencion los inundo mientras lo unico que hacian era pensar, observaron el delicado sol quien no parecia tener control sobre las acciones climaticas, la azabache suspiro enternecida mientras una sonrisa se reflejaba en su rostro.

-Espero que todo salga bien- aclaro mientras observaba como los estudiantes comenzaban a entrar despreocupados, el rubio la observo por unos segundos sin comprender a lo que se referia, por lo cual, ella no dudo en aclararselo -Me refiero a la convencion, esto es una oportunidad unica, y no me gustaria estopearlo- susurro mientras una sonrisa melancolica se formaba en su rostro.

-Tranquila, somos un gran equipo, estoy seguro que todo saldra bien- aclaro sonriente mientras despeinaba el cabello de la chica quien le sonrio por igual tratando de acomodar su caracteristico peinado.

Aquellos dos jovenes habian dejado sus inseguridades aparte forjando una amistad practicamente inseparable, mas aquella amistad desato nuevos sentimientos en aquel rubio de iris verdes, quien prácticamente admiraba a la azabache sin remordimiento alguno.

Mientras tanto, la de coletas no habia perdido sus sentimientos por el rubio, mas nuevos habian comenzado a nacer por su compañero de peleas, sus bromas se habian vuelto divertidas y sus coqueteos, mas estables y afectivos...

Por primera vez estaba dudando del amor que le tenia a Adrien...

-¿Marinette? vamos, hay que berificar que todo este bien- hablo con sinpatia el modelo observando cada parte de aquella gran convencion, la azabache sonrio mientras tomaba al chico de la mano jalandolo hasta la puerta de la gran escuela.

-Vamos!-comento animada subiendo cada escalon.

Su mirada se paseo por todo el salon con una gran simpatia, tipica de su actitud carismatica y amigable, el rubio observo como sus ojos se iluminaban a la par de la que observaba un bello cuadro ubicado en uno de los stands, para ser más específico, en el de arte.

En este se plasmaba el dibujo de un chico quien tiraba frustrado un ramo de rosas blanca y negras, más había una particularidad, el chico se encontraba dibujado de estos dos colores mientras que todo lo de su alrededor era salpicado por una inmensa capa de vivos colores.

Aquella pintura mostraba una gran tristeza, lo cual le preocupó a la azabache, más por la persona quien la había echó, sintió un gran peso en su pecho al pensar en lo ocurrido días atrás, sentía que en aquella pintura había tratado de plasmar el sentimiento que lo apresaba, apretó sus puños sintiendo un líquido cristalizado deslizarse por sus mejillas, más rápidamente lo seco.

-Es linda ¿No?- habló una voz ligeramente ronca a sus espaldas, hay, una Juleka quien portaba un vestido de tonalidades oscuras observaba la pintura enternecida, alargó un suspiro antes de continuar -Temo que en algún momento se derrumbe por ocultar tanto sus sentimientos- exclamo con una sonrisa melancólica la adolescente quien dirigió su mirada a la azabache -Lo siento, no es tu culpa-

Por unos minutos, un ambiente pesado recorrió el pasadizo, aquella viva alegría que se sentía antes había desaparecido por completo, por lo menos, de estos tres jóvenes.

-Bueno, debo ir a encargarme del Stand de teatro- habló la joven colocándose un velo oscuro que tapaba la mayor parte de su rostro
-Buen trabajo con la decoración- concluyó antes de caminar despectiva hacia su stand correspondiente.

Un suspiro salió de los labios de la azabache mientras observaba el camino de la chica había recorrido,luchaba por mantenerse en pie más el repentino temblor que recorría su cuerpo no se lo permitía, apretó con fuerza sus puños antes de sonrei forzadamente.

-Marinette...- susurro el joven de cabellera dorada tratando de tranquilizar a la chica más esta se mantenía sin decir palabra alguna.

Aquel vestido perfectamente planchado que portaba ya era arrugado por las propias manos de la joven quienes trataban,en vano,dejar aquel sentimiento que recorría su pecho.

-Tu...¿Crees que fue mi culpa?- interrogó la azabache dando media vuelta, aquellas preciosas orbes eran empapadas por las lágrimas que no paraban de caer, una sonrisa totalmente forzada se postraba en sus labios los cuales temblaban ligeramente.

"Esta no es mi Marinette" pensó observando cada rasgo de la chica, en ves de responder, se acercó a la misma envolviéndola en sus brazos y dejando que llorará sobre su pecho, por alguna razón sentía que parte de la culpa recaía en el.

"¿No dicen que lo que bien empieza...bien termina...que pasa...si está historia comienza mal...?"


Volverlo a intentar [Adrianette/Ladynoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora