~Capitulo4~

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Capítulo 4

El mediodía pareció que tardaba una eternidad en llegar. Con

cada llamada que ______ trasfería al despacho de Louis, ella crecía

más y más en el borde hasta que estaba lista para gritar de frustración.

Se negó un descanso para tomarse un café con sus amigas, alegando la

necesidad de trabajar en un proyecto que estaba llegando al límite de

plazo. Esquivó una llamada de su madre - su santa madre recatada que

nunca entendería las necesidades de ______, que hasta ahora habían

estado fuera de su trillado camino. Bueno, quizá camino trillado no

fuese la expresión correcta. Pero su madre podría escuchar la voz

entrecortada mientras trataba de sonar natural. Ella le preguntaría a

_______ qué iba mal hasta que _______ se rompiese. Así que no

sucedería.

A cinco minutos para las doce, ella dejó su escritorio, tomando un

cuaderno y una pluma con ella. Estar encerrada en una sala de juntas

con Louis iba a ser un infierno, pero estar cerca de él podría ayudar.

Un poco.

Impaciente, esperó por él. Diez minutos después, entró con una

bandeja de cartón con bebidas y una bolsa de papel blanco que asumió

era la comida. Sin decir palabra, lo puso todo en la mesa, empujó la

puerta, la cerró y luego dio la vuelta a la mesa. La sacó de la silla y tiró

con fuerza de ella contra su cuerpo. Su polla rígida presionando contra

su vientre mientras le agarró el culo con una mano empujándola más

cerca de él y metió los dedos en su pelo. Con hambre devoró su boca. La

lengua empujaba hacia su interior mientras ella gemía.

Sus dedos se cerraron sobre su chaqueta. Se puso de puntillas

para acercarse más a él. Su lengua se batió en duelo con la de él

mientras las lágrimas pinchaban en sus ojos. Las emociones y la

necesidad atravesándola. Sus pezones estaban tan apretados contra el corpiño de su vestido, y su coño tan húmedo como si

estuviera pidiendo que él lo llenase. Hebra tras hebra de

excitación empujaban a través de ella, clavándose en sus centros del

placer como pequeños estallidos de liberación.

- Lo siento, llego tarde - murmuró sobre sus labios.

- Está bien.

Sacudió la cabeza y la besó de nuevo, las manos enmarcando su

rostro.

- ¿Estás bien? - preguntó.

- Creo que sí.

- Lo sé... esto... puede ser intenso.

- Me siento como si estuviese a punto de explotar - confesó ella.

Sus dedos se deslizaron bajo la chaqueta para masajear uno de los

Punished (LT&'_)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora