Crónicas de un secuestro.

Parte 3

-La señorita Sakura los atenderá ahora. –les dijo una joven de diecisiete años que les sonreía coqueta sin saber a cuál de los dos elegir.

Ambos pasaron por un pasillo y abrieron la puerta de roble barnizado, dentro había un escritorio lujoso y una camilla. Sakura estaba sentada en un diván cubierto por encaje rosa.

-Parece que al final arreglaron sus diferencias. –saludó Sakura levantándose.

-¿Qué? –ambos se miraron a los ojos percatándose que ya llevaban rato con las manos entrelazadas. –Ah, esto...

-No es como si...

-Vamos, acéptenlo ya. Tienen más de treinta años. Es enfermizo. –les regañó levemente para después abrazarlos del cuello. –Los extrañé tanto... a los dos.

-Sakura, necesitamos tu ayuda. –le dijo Naruto acelerado.

-Más bien, la de tu esposo.

-No está ahorita, esta... ya saben, tiene mucho trabajo.

-Es urgente, mi hijo... -su voz tembló.

-Sakura. Boruto fue secuestrado.

-¿Qué dices? –la joven palideció. -¿Pero cómo? ¿Cuándo...? Dios. –miró a ambos mientras sentía como su pecho se comprimía en miedo.

-Solo tenemos una pista y está aquí, en su diario. –siguió Sasuke puesto que Naruto estaba sintiendo aquel mortal abatimiento.

Sakura lo tomó con el ceño fruncido, estaba contrariada.

-No, es que... ¿ya avisaron a las autoridades?

-Ya lo hicimos Sakura.

-Entonces dejen que ellos lo hagan, estamos hablando de algo serio, de un secuestro. Podrían hacerle daño al niño, lo siento pero... no. –les entregó el cuaderno.

-... Sakura...

-Sasuke, tengo una hija... -le rogó con vergüenza. -por favor, deja que la autoridad se encargue.

Naruto estaba temblando de impotencia mientras escuchaba las negaciones de su antigua amiga de escuela.

-Sakura, entiende, es un trabajo muy tardado ahí, es el hijo de Naruto...

-No puedo hacerlo. Sai está muy ocupado, además no debemos interferir con el trabajo de los detectives.

Sasuke por primera vez estaba rogando, buscando la manera de convencerla. El puño de Naruto se estampó en el escritorio de madera tallada llamando la atención de los dos.

-... Naru...

-¡Mira estas hojas blancas! –agarró el puño y las acercó al rostro de Sakura. -¿Cuál es tu favorita?

-... ¿Qué? –estaba asustada, nunca había visto asi de enloquecido a su rubio amigo.

-¡Contesta! ¿Cuál de ellas es tu favorita?

-Ni... ninguna, solo son hojas.

-Todas te sirven ¿no?

-Sí.

-Naruto, tranquilízate. –Sasuke colocó su mano en el pecho del rubio para detener su impulso a encimársele a Sakura.

-Todas son útiles, todas son necesarias ¿no?

-Si, Naruto.

-Entonces ¿Cuál es más importante?

-Ninguna. Todas... todas lo son. Naruto, cálmate.