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-¡Corre!- gritaba ella desesperadamente.
Yo tansolo le hacia caso a lo que decía e intentando no chocarme con las enormes raíces de aquellos gigantescos arboles y apartando las hojas de las plantas, corría como si no hubiese mañana.
Al llegar a cierto punto nos detuvimos en seco, no entendia muy bien por que pero parecía que algo no le olia muy bien.

-¿Notas eso?- me preguntó obligándome a agacharme
-¿el qué?- pregunte casi susurrando.
-Estamos en un bosque, pero no se oye el canto de ingun pájaro ni el ruido de insectos ni nada, ¿no te parece extraño?- comento ella
La verdad es que si era extraño y culpa mia no haberme dado cuenta antes de algo tan esencial.
-No importa, sigamos corriendo- ordenó encabezando la marcha.
Corriendo y corriendo llegamos a una pequeña llanura cubierta de ojas otoñales.
-¡Espera!- grité intentando detenerla antes de que entrase a la llanura, pero fue muy tarde. Cuando quiso reaccionar a mi advertencia ya había entrado en la llanura y al poner el pie allí, de debajo las ojas aparecieron unas mandíbulas a cada lado, dándole un mordisco que le perforó hasta el hueso.
En aquel momento lanzó un grito tan desgarrador que de solo oírlo el pánico se apoderó de mi.
Queria que alguien me explicase que hacía allí un cepo para osos. Y lo mas importante era saber si había alguno mas o alguna otra trampa.

Unas sonoras carcajadas procedían de entre los arboles, de lo cual aparecío una sombra que iba cobrando rostro conforme se acercaba a nosotros.
-No... no puedes haber sido tu- comente entre sollozos.
-Hijo de puta... sabia que no podíamos confiar en ti- le recriminaba ella con furia a la vez que sufria por el cepo.
-Bueno, bueno- repetía mientras mas se acercaba. –no me digáis que realmente os sorprende mi traición-.
Dicho eso se paro delante de ella y con furia pisó el cepo para que le desgarrase aun mas la pierna a la vez que ella chillaba de dolor.
-Corre...- me decía ella mientras lloraba y alargaba su mano hacia mi.
-No, no, no, no- comento el con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Corre, por el amor de dios v...!- antes de que ella pudiese acabar la frase una hoja había perfilado el equador de su garganta, en otras palabras, le acababan de rebanar el cuello con un cuchillo para que no pudiese hablar.
-¿vete?- acabo la frase él antes de echarse a reir nuevamente.

No podía creer lo que estaba viendo.. él la acababa de matar en mis propios ojos.
Queria salir de allí corrieno pero el miedo me tenia paralizado, no podía moverme.
-Que color mas bonito, ¿a que sabra?- pregunto antes de meter sus dedos por el corte que le acaba de hacer y removerlos haciendo sonar los huesos de la traquea y las cuerdas vocales. Por si fuera poco al sacar los dedos se los metió en la boca saboreando la sangre y disfrutando de ello.
Ver aquello me provocó fuerte nauseas y empece a vomitar un liquido transparente que ni yo sabia lo que era.
Cuando volvi a alzar la vista él estaba de cuclillas delante de mi con la cara y las manos ensangrentadas a la vez que sonreía.
-Casi me olvido de ti, ¿que sabor tendrá el liquido blanco que hay dentro de los ojos?-.

sf,

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2016 ⏰

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