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Asustada y desorientada, desperté con la luz de mi cuarto encendida y la incomodidad de un movimiento brusco encima mío, era Thiago saltando arriba de la cama, a un lado mío y casi que pisando a su mascota.

-Thiago ve con mamá-Dije deteniéndolo con un brazo mientras que con el otro tapaba mis ojos, el pequeño castaño bajó de mi cama, me dio un golpe arriba de mi brazo y se marchó de la habitación no sin antes apagar la luz. Pequeño enfadoso-Pensé.

Cuando estaba por volver a dormirme, mis párpados pesaban y se cerraban solos, sonó la alarma de mi iPhone indicando que ya era hora de levantarme sino quería llegar tarde a la cita que teníamos con mi madre para de una vez finalizar con las compras de los elementos de decoración para mi salón de fiestas, comprobar que los últimos detalles estuvieran en orden y que por fin pudiéramos descansar hasta el día de mi fiesta por los Sweet 16. Mientras, sólo nos encargaríamos de estar lo suficientemente descansadas y libres de cualquier emoción que perjudicara nuestra imagen para ese día tan especial y principalmente, tan esperado por la empresa argentina y española.

A paso cansado me dirigí al baño, preparé la ducha para darme un baño rápido, hice mi rutina de cuidado de piel aplicándome las cremas y protectores necesarios, perfumé mi cuerpo, lavé mis dientes y finalmente, volví a mi cuarto para escoger mi ropa y bajar a la cocina, con mi iPad y celular en mano.

En la cocina se podía ver el movimiento no tan común de empleados, preparando los pequeños detalles de comida que habíamos decidido preparar nosotros mismos sin la ayuda del servicio de lunch, dándole un pequeño toque nuestro entre tanto glamour y lujos que tendría todo lo demás, claramente, a petición de mi padre.

Me senté en la mesa del comedor sin saludar a nadie, anoche me había quedado hasta tarde hablando con mis amigos, imaginando la tan soñada noche y algunos que otros sucesos importantes, sin percatarme de las altas horas que eran.

-¿Y ahora no saludas?

Saqué las manos de mi rostro para ver a mi padre, quien mientras desayunaba, le daba los cereales y frutas a Thiago, a la vez que mi madre tecleaba concentrada en su teléfono celular seguramente planeando y organizando todo, como hacía desde hace siete meses en los que habíamos comenzado con todo, y Mateo simplemente veía algo en su Tablet con sus audífonos puestos.

Estiré mi mano a palma abierta saludando a mi papá y guardé mis aparatos electrónicos.

-¿Todo bien?

-Mas o menos-Se adelantó mi madre, apurándose para acabar su desayuno.-Vamos tarde Araceli, apresúrate.

Rodé mis ojos pero igualmente asentí y observé qué es lo que traían las empleadas en mi plato, el cual dejaron delante de mí junto al mate, infaltable tanto para mí como para mi padre.

-No se van a poner a tomar mate, ahora-Antonela nos vio de forma severa, papá escondió su risa ante mi frustración cubriéndose su rostro con la servilleta.

-Si no queda otra, princesa.-Se rindió él finalmente robándome mi termo y el mate.-Come rápido así van a retirar el vestido.

-Pero...

-Ara.-Volvió a decir él, esta vez sin el tono burlón y sí con uno severo.

-Luego me duele la cabeza sino tom...

-Te llevo una pastilla, no te preocupes.

Ya sin encontrar otra excusa, me dediqué a ingerir el desayuno, sin prestarle atención a que me faltaba el sabor amargo de los mates de papá.

Nada más terminar, me despedí de mi quien se encontraba en busca de su bolso de entrenamiento y las llaves, dos cosas que siempre perdía, era algo obvio si cada vez que llegaba de los entrenamientos tiraba los botines en la entrada, las llaves se las daba a mis hermanos y el bolso lo colgaba dónde hubiera lugar.

-¿Estás?-Salí de mis pensamientos y quité la vista del chat abierto que tenía con Neymar, insistiendo por vernos luego de que ambos nos desocupáramos.-Tu madrina nos está esperando en el centro comercial y antes debemos pasar a dejar a tus hermanos con la niñera.

Me eché un último y rápido vistazo al espejo de cuerpo completo en la salida principal, acomodé mi cabello, pellizqué mis labios intentando que tomen color ya que subir a mi cuarto en busca de mi labial me daba pereza, y seguí los pasos apresurados de mi madre, revisando que en su cartera tuviera todo, sin mirar al frente.

Un día de éstos se llevaría a alguien por delante si seguía haciendo eso que tan costumbre se le había hecho.

Afortunadamente, al finalizar el mediodía todo los encargos que teníamos ya estaban todo en orden, los vestidos ya habían sido escogidos por Shakira y mi madre, solamente faltaba ir al salón de belleza, probar una vez mi peinado, maquillaje y el diseño en mis uñas, pero eso sería una actividad dos días antes de la fiesta.



°°°


Los días habían transcurrido y el día de la fiesta era mañana a la noche, sin embargo, a primera hora de la mañana se realizaría un desayuno especial con las personas más cercanas a mí y mi familia, luego del medio día cuando ese evento acabe daría comienzo a la sesión de fotos que tendría por diferentes partes especiales, con bonitos paisajes y fondos de Barcelona, solamente conmigo como modelo. Por la tarde debía estar en el hotel alistándome para la noche, antes de llegar al salón, una vez más tendría otra sesión fotográfica pero ésta vez con mi vestido color salmón de dos piezas y acompañada por mi familia.

Los preparativos habían acabado hace dos días, los invitados estaban confirmados y las notificaciones en nuestras redes sociales no descansaban, éramos mencionados y tema del momento gracias a las especulaciones por el evento y los invitados, un tanto particulares y especiales si considerábamos a quiénes habíamos invitado gracias al trabajo de mi padre, las parejas de las amigas de mi madre-que la gran mayoría y para infortunio de mi padre, la mayoría eran jugadores de grandes rivales de su equipo-.

Apagué la pantalla de mi teléfono dejándolo cargando y me acomodé para poder por fin, intentar conciliar el sueño. Mañana sería un largo y pesado día para el cual debería estar muy bien descansada.


Saludo a Daniela con dos besos, mi gran amiga a pesar de la diferencia de edades, nacionalidad y equipos de nuestros familiares, agradeciéndole por su presencia y regalos. Me agacho a la altura de la pequeña Salomé y le alago su precioso vestido y peinado.

La mano de James sobre mi espalda me hacen reincorporarme y saludarlo a él también, posando para el fotógrafo hasta que siento como mi amigo quita su mano de encima mío y es reemplazada por otra, un tacto más brusco, frío y desconocido.

-Hola Ara- dice el hombre y luego me da un beso en la mejilla, aprovechándose de mi sorpresa.

Cuando me doy la vuelta escucho que me empiezan a cantar el feliz cumpleaños, y el hombre se va alejando de a poco haciéndose cada vez más borroso sin dejarme distinguir quien era ese sujeto.

Me despierto gracias a que entraron mis padres junto con mis hermanitos cantándome el Feliz Cumpleaños con una bandeja con un desayuno listo y una enorme sonrisa en sus rostros.

Después que terminaron y me saludaron, me dieron una cajita, cuando la abrí y vi lo que contenía dentro un pequeño gritito de alegría se escapó de mis labios.

-¡Gracias, gracias, gracias!- les dije a mis padres mientras lloraba de emoción, cinco boletos de avión y cruceros para conocer partes Europa y América que desconocía, eran mi regalo.

-Cámbiate que muy pronto llegarán los invitados, intenta desayunar poco de esto así compartes con nosotros también.-Con una sonrisa asentí, aceptando la caricia de mi padre en mi cabeza y viéndolos como se marchaban de mi habitación, pudiendo devorar por fin mi comida.

-Gracias por el regalo ¡Los quiero mucho!- Argumenté en un grito con mi boca llena, sabiendo que igualmente me oirían y entenderían.


-EDITADO-

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Me Enamoré Del Enemigo De Mi Padre ||Cristiano Ronaldo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora