Hoy es la fiesta de bienvenida para los novatos en la empresa en que trabajo, se hace una vez al año con sus llegadas de pasantía y es divertido. Tengo un novato bajo mi tutela, su nombre es Tomoya, cuenta con 24 años y me impresiona cada vez más; aprende rápido y puede encargarse de proyectos medianamente pesados... ¡Me siento ansiosa por pasarle el examen de sake!
Uhm... veamos, ¿que me pondré hoy? Son las 8 p.m. y estoy revisando mi armario por un conjunto decente, con el que mantener una reputación que proteja mi dignidad como empleada élite.
Al final, y luego de pedir consejo a mi amiga Momo, me decidí por un vestido rojo pegado con mangas al antebrazo y hasta medio muslo, unas medias largas negras que me llegan hasta un poco más arriba de la rodilla y zapatos rojos de moño con tacón. Por supuesto agregué los accesorios adecuados, mi maquillaje consistía en ojos delineados al estilo egipcio y brillo labial de cereza; un peinado suelto con ondas en las puntas y mi tipica crema anti frizz. A todo esto la hora avanzó hasta las 10 p.m., tomé mi bolso negro con mi smartphone y cartera, seguidamente salí de mi apartamento, cerré con llave y corrí dificultosamente a la parada de trenes debido a mis tacones.
El tiempo pasaba muy lento para variar... el tren estaba retrasado y ya podía imaginarme las miradas de desaprobación por la llegada tarde, pero lo que mas me impactaba era que ¡empezarían a beber sin mi! Oh Jesus que no se acabe la bebida de arroz por favor... Finalmente el tren se dignó a recogerme con un retraso de 20 minutos. Simplemente genial. Ocurre que mi sueldo basta para mantenerme, puedo permitirme un poco de lujos, pero no tanto así como para pagar un auto.
En efecto, al llegar ya estaban todos borrachos. Ni una mísera botella me dejaron. Y yo que tanto quería probar a mi novato... Pero, parece que no hizo falta. Allí estaba él, tambaleándose y a paso lento acercándose a mi. Cuando finalmente logró su meta, se plantó enfrente mio y dijo un poco soso:
-Viniste- ¡wow! El olor a sake se colaba profundamente por mi nariz, no se si debería tomarlo como un consuelo o sentirme realmente apenada- Efectivamente, viniste Sarah-
-Si, pequeño novato. Espero que me hayas guardado un poco de sake y comida principiante- inquirí con una sonrisa. Yo sabía de antemano que ni siquiera se le pudo haber cruzado por la mente la idea, pero aún así deseaba gastarle una broma. Como compensación diría.
-De hecho si lo hice Sarah- claramente ya sabía su respuesta, es evidente que no... esperen. ¿Qué?- si Sarah. Sabía que vendrías. La razón de por que tan tarde no tengo ni la más mínima idea, pero tú- dijo señalándome- seguro vendrías- aclaró con una sonrisa pícara, y bastante atractiva... yo no tengo un peculiar fetiche con los menores, pero este podría ser la excepción...
-De acuerdo novato. Es cierto. No me perdería una fiesta por nada del mundo.- respondí igualmente con una sonrisa- ahora sí, primero la bebida- canturree feliz. Tomoya me guió y nos sentamos en una mesa aparte y más lejos de donde estaban desparramados los demás compañeros de trabajo. La mesita daba con una ventana y estaba en una esquina alejada, la comida estaba caliente y habían por lo menos tres botellas de sake y dos vasos para compartirla. Tomoya empezó a servir el alcohol con cautela mientras yo disfrutaba de la sabrosa comida.
-Y brindo por... ¡tu pasantía finalizada!- exclamé salida totalmente de mi propia voluntad. Ya llebavamos cinco botellas de sake si mi mente no falla, y además hablamos y nos divertimos por quizá tres horas. Eché un rápido vistazo a mi reloj de muñeca y me topé con que realmente eran las 2 a.m. Más tarde no tendría horario laboral ya que sería sábado, pero a pesar de todo ya me tenía que despedir.
-Eres graciosa Sarah- dijo haciendo ademán de secarse una lágrima.
-Yo también me divertí mucho novato, pero ya es tarde y debemos irnos- sonreí abiertamente. Era cierto, y no soy una persona que se corta con las palabras.
-¿De verdad?- cuestionó con un cambio de humor radical. Irme no era para tanto ¿no?
-Si, nuevo empleado novato- respondí alegre.
-A-antes de que te vayas... podemos ir a un karaoke o algo, ¿que dices?- preguntó con aire esperanzado; casi suplicando, creo. En fin, como es su primera fiesta, debería pasarlo bien ¿cierto? No está mal que lo acompañe ¿realmente?
-Puedo dejar algunas cosas... si, puedo acompañarte. ¿Adonde quieres ir?- no sé y no tengo la menor pista de que sea lo correcto, pero pasarlo bien no es un pecado.
-Al karaoke estaría bien... ¿te apetece cantar?-
-Por hoy te permito burlarte de mi novato- y le dediqué una sonrisa. A dónde llevará esto, no lo sé. Y no es momento de preocuparse. El tiempo pasa muy rápido como para lamentarme... O eso es lo que pensé hace varios años antes de que dos hermosas hijas llegaran a mi vida.
《☆.*.☆.*.☆.*.☆.*.☆》
Nuevo capitulo~^^ espero que les guste. Esta novela me tiene enganchada♡

ESTÁS LEYENDO
Sarah's Passed 30's
Non-FictionEl tiempo pasa tan rápido como el viento, y como el viento, no vuelve más. Las aventuras de una mujer pasada de los 30.