Nuestra historia comienza en el campo, más exactamente en Tamaulipas, México.
En un río cristalino, se encuentran dos hermanas, muy felices. Están nadando y jugando entre ellas. De repente, un hombre de aspecto hostil, se acerca galopando en su caballo a gran velocidad. Al llegar al río se detiene, y empieza a observar a las hermanas:
Eusebio: Ahí están las dos hermanas como siempre. Son como animales salvajes. Sobre todo la tal Maricruz, esa basura es un demonio! En cambio la mudita, la que se llama Solita, es tierna, ingenua, callada... Claro, cómo no oye ni puede hablar. Algún día, algún día le llegaré...
Mientras tanto, en un rancho cerca de allí, perteneciente a la familia Narváez, se haya un dilema entre una pareja de esposos.
Lucía: Qué piensas hacer por fin con Octavio?
Miguel: No te preocupes tanto Lucía, a mi hermano lo voy a convencer cómo otras veces
Lucía: Pero, cuánto va a durar esta lucha Miguel?
Miguel: Lo que tenga que durar
Lucía: La verdad es que no entiendo todavía por qué no vendes el rancho, y le das a tu hermano la parte que le toca
Miguel: Cuánto piensas que me van a dar por estas tierras? Y que crees que va a hacer Octavio con el dinero? Gastárselo en un dos por tres, y quedarse en la misma situación...
Lucía: Qué amor le tienes a la tierra!
Miguel: Sí, igual que mi padre. El hombre solo es poderoso cuando es dueño de la tierra que pisa, y yo no valdría nada sin este rancho. Mi apellido sería el de un Don Nadie al faltarme el respaldo de estas tierras... Quiero decir, de nuestras tierras
Lucía: Es que Octavio no piensa como tú, Miguel!
Miguel: Si tuviera dinero, le daría su parte para que terminara de dilapidar lo poco le queda!...
En ese momento, Octavio entra a la casa, y alcanza a escuchar lo que dice Miguel...
Octavio: Apuesto lo que sea a que estaban hablando mal de mí
Lucía: No estábamos hablando mal de ti. Tu hermano y yo solamente comentábamos que no te gusta para nada la vida del rancho
Octavio: Siempre lo he dicho
Miguel: Entonces que haces aquí?!
Octavio: Hermano, no tengo a dónde ir...
Miguel: Deberías querer siquiera un poco todo esto que también es tuyo!
El ambiente se pone un poco tenso...
Lucía: Ay! No vayan a empezar a discutir, por favor. Que haya paz.
Octavio (irónicamente): Te preocupa mucho la paz de esta casa, verdad cuñada? Eres una santa Lucía... Tan noble, tan buena. Mi hermano Miguel tuvo mucha suerte al conocerte y casarse contigo...
Lucía: Te estás burlando de mí, Octavio...
Miguel: Basta ya, hermano
Octavio se retira a su habitación para cambiarse de ropa, y luego decide salir a cabalgar...
Lucía: Ves cómo me trata tu hermano?
Miguel: Ya sabes que Octavio es así y siempre está de mal humor
Lucía: A veces pienso que me odia... Sé que nunca ha visto con buenos ojos que yo ocupé el lugar de la señora de esta casa... Para empezar, nunca estuvo de acuerdo con nuestro matrimonio... (Miguel está un poco pensativo) Qué piensas Miguel?
ESTÁS LEYENDO
Corazón Indomable
RomanceHistoria en la que el amor, la mentira, el odio y la venganza rompe barreras mas allá de imaginable