Día 46

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Te extraño, a ti y a tu estúpida sonrisa; a esa maldita forma que tenías de sacarme de quicio, pero también de hacerme reír hasta llorar.
Te extraño, y es raro para mí decirlo, pues hace mucho no pensaba en ti, pero es así y no hay nada que contradecir.
Te veo caminando con tus amigas por lo pasillos con tu enorme y brillante sonrisa, y tu cabello revoloteando con tus movimientos, y no puedo evitar pensar en aquel tiempo en que tenía esa sonrisa a mi lado, y me duele ya no tenerla allí.
Pero las personas y las cosas cambian, y nada dura para siempre, y por supuesto no ibamos a ser la excepción. Asi que, ojala y sepas que siempre me tendrás aquí para ti, sin importar qué, sin importar cuándo.

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