Me encontraba caminando descalza sobre el frió piso de piedra iluminado únicamente por la luz de la luna mientras seguía aquella dulce melodía de piano, entonces me pregunté qué estaba haciendo en ese lugar, no recordaba haber estado nunca antes en ese sitio, forzando un poco la memoria me di cuenta unos momentos después, para mi desgracia, que la razón por la que estaba en ese lugar completamente extraño era porque mi hermano se había alejado del complejo residencial conduciendo la camioneta de nuestro padrino como loco a causa del alcohol, tuvimos un accidente... preocupada volteé a todos lados en busca del auto estrellado, lo localicé en la entrada de aquel lugar, había tirado la puerta de aquella reja de metal que bordeaba todo el terreno aunque no era de sorprenderse ya que el metal se veía increíblemente viejo y oxidado, corrí desesperadamente hacia la camioneta en busca de mi hermano, abrí la puerta del conductor pero... no había nada, a excepción de un poco de sangre, de haber tenido una herida grave habría derramado más sangre así que supuse que no debía estar muy mal, me aleje de la camioneta y lo busqué con la mirada por si estaba cerca, tampoco nada. La música seguía escuchándose a lo lejos, pensé en que tal vez las personas que vivían ahí podrían ayudarme a encontrar a mi hermano, seguro se molestarían cuando vieran que tiramos la puerta de la reja pero aun así dudo que decidieran no brindarme su ayuda, por lo que seguí caminando guiándome por el sonido de la música.
Aquel lugar era realmente grande, tenían bellos senderos de piedra así como jardines muy lindos a pesar de estar algo descuidados, igualmente las fuentes con esculturas de pequeños ángeles en el centro brindaban una agradable vista aunque me extraño que no tuvieran los cuidados suficientes, se veía que tenían un tiempo sin recibir mantenimiento, en fin, seguí caminando y logré distinguir un tenue brillo de luz proveniente de la capilla, sí, en esa residencia tenían una capilla que estaba poco más adelante de la gran casa que se distinguía más al fondo, me seguí acercando y entonces las luces se apagaron y la música paró seguido por el alboroto de varias personas hablando al mismo tiempo dentro de la capilla, supuse que no era un buen momento pero no podía esperar, tenía que ayudar a mi hermano, corrí hacia la gran puerta de roble abierta y en cuanto entre todas las miradas se posaron en mí, no esperaba una cálida bienvenida pero tampoco pensé que me recibirían con esas expresiones en su rostro, reflejaban un intenso miedo, como si hubieran visto un...
-¡Fantasma!- gritó una vieja gorda al lado de una estatua de la virgen en un costado del cuarto.
Todos los demás se alteraron mirándome aterrorizados, no entendía la razón de aquella conclusión más absurda o por qué los demás se la tomaron tan enserio.
-¡No soy un fantasma, no sea absurda!- aclaré acercándome a ellos.- Tuvimos un choque atrás y no encuentro a mi hermano, por favor, necesito que alguien me ayude a encontrar...
Pare de hablar en seco cuando en un intento de tocarle el brazo a una mujer mi mano traspasó a esta, ¿Qué clase de horrible broma es esta? Me pregunté, la mujer se apartó bruscamente de mí y los demás dieron un paso atrás, esto no está pasando... me dije mientras me acercaba a otro señor para tocarlo pero el resultado fue el mismo, sólo lo traspase.
-No sabía que al morir a las personas que regresaban como fantasmas se les volvía el pelo blanco.- dijo una chica por lo bajo.
-¿Pero de que estás hablando? mi pelo siempre ha sido blanco, es sólo albinismo y no estoy muerta, el choque no pudo ser tan...
-No le crean, esto tiene que ser obra de un demonio, su apariencia es antinatural, no hay que caer en sus trucos, seguro es la responsable de todas las cosas extrañas que han ocurrido todo este tiempo, lo mejor será que busquemos una forma de expulsar al espíritu cuanto antes.- dijo un viejo decrépito con apariencia de tener unos 100 años, me indigne.
-Su apariencia es la antinatural.- comencé subiendo el tono de mi voz claramente molesta haciendo que los demás se pusieran tensos.- anciano ignorante, tonto y supersticioso, no puedo creer que si quiera se le ocurra la idea de que soy un demonio yo...
Hubiera seguido pero en ese momento me di cuenta que mis pies se despegaban del suelo y me encontraba flotando frente a ellos, ¡imposible! Pensé. A continuación comenzaron a flotar algunas otras cosas como los candelabros que estaban en la mesa del fondo y algunas pequeñas imágenes de santos que colocaban frente a las estatuas, ¿acaso yo estoy provocando todo esto? No me lo creo, significaría que yo de verdad estoy...
-¡Se los dije! No podemos confiar en ella... o eso, rápido todos tomen su rosario y comiencen a orar para alejar al espíritu.- dijo el anciano decrepito.- al menos por ahora.
Y así lo hicieron, las personas comenzaron a orar mientras el sacerdote tomaba su biblia, sacaba algo de un compartimiento y comenzaba a lanzarme agua bendita la cual no me hacía nada en absoluto, en lo personal nunca creí mucho en estas cosas, algunas iglesias me gustan por su estilo arquitectónico, nada más, las creencias que divulgan en estos lugares no las comparto del todo y a mi opinión eso que me lanzaban sólo era agua, ellos se asustaron más al ver que yo ni me inmutaba, trate de irme de aquel sitio pues muerta o no aún tenía que encontrar a mi hermano y esas personas no serían de ayuda en absoluto, por desgracia únicamente conseguí retorcerme sin cambiar de sitio, no podía avanzar lo cual me extraño mucho, aquellas personas finalmente salieron del lugar al ver que no me hacían nada, corrieron hacia la casa diciendo algo de que era más fuerte de lo que aparentaba y tenían que formular otro plan, el verlos alejarse me relajo y ya estaba en el suelo de nuevo cuando menos lo espere, eso fue muy raro pero no le di más vueltas al asunto y salí de la capilla adentrándome en los jardines en busca de mi hermano.
Recorrí todos los senderos de piedra dentro de los jardines pero nunca encontré a mi hermano, entonces me decidí por ir a la casa aunque quizá sería más acertado decir mansión, curiosamente las puertas estaban abiertas, entre y observe que las luces de la habitación de la derecha estaban encendidas, me dirigí hacia allá encontrándome con la familia de antes sólo que estaban de espaldas y aún no habían notado mi presencia, también pude darme cuenta que había otro hombre más en frente de ellos, parecía estar explicándoles algo, de repente sentí una mano jalándome y fui a parar al suelo debajo de una mesa con un mantel que nos cubría, digo "nos" pues la persona que me jaló también estaba ahí y no era nada más ni nada menos que mi hermano.
-¡Saúl! Al fin te encuentro.
-Shh no hagas ruido, nos van a encontrar.- dijo mi hermano susurrando.
Nos quedamos debajo de la mesa muy quietos oyendo atentamente mientras esperábamos a que se fueran, a mi parecer no tenía sentido pues estaban distraídos y podíamos irnos en ese instante pero mi hermano no quería arriesgarse, yo por mi parte no le hice caso y salí gateando de la mesa esperando que él me siguiera para poder irnos, fue una mala idea.
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Una noche de verano
FantasyUna chica va en busca de su hermano después de un choque automovilístico y en el proceso suceden algunas cosas extrañas.