Vida nueva.

46 1 0
                                    

Estaba sola, caminando por las desiertas calles de Los ángeles. ¿qué hice para llegar a donde estoy? Jamás pensé que me iría de los ángeles, de nuevo al pueblo del que mi madre se había "escapado". Lo único bueno de esto era que no tendría que soportar el calor, enserio detestaba el calor.  Aunque a mi madre le encantaba, somos tan diferentes. 

Tendría que soportar un infierno. Solo para hacerla feliz, no me malinterpreten, solo que sentía como si lo hubiera elegido a su nuevo esposo que a mí. Tampoco es que tuviéramos tanta conexión entre madre e hija. Jamás la sentí de esa manera, supongo que siempre prefirió más a mi hermana mayor que esta en Arizona haciendo sus sueños realidad, no es por que me sienta mal ni nada pero era necesario enviarme a seattle? 

Empece a caminar un poco más rápido para tratar de evitar en pensar en lo que se me esperaba para mañana. 

Hasta que comienzo a correr, me gusta correr, soy rápida, aunque apesto en gimnasia. No soy buena con los deportes. No siento cuando se me cae el celular en una calle poco iluminada hasta que dejo de correr y toco mis bolsillos. Estaba un poco mojada por la sudoración, no lo encontré pero no me preocupe como debería de estarlo. Vuelvo un par de metros hasta que lo encuentro.

No tenía nada, hacía mucho calor, y lo odiaba. Mire el cielo estrellado, me gustan la estrellas pero según mi madre mientras más estrellado este más sol saldrá. Mire a mi alrededor, no había nadie, estaba desierto.

No me importo mucho así que puse en medio de la calle. No pasaba ni una sola alma, así que no me preocupe si venía un auto. Me puse justo en medio de la linea amarilla y me senté. Estuve un rato así hasta que decidí acostarme y mirar las estrellas. No iba a extrañar nada, no tenía amigos, ni siquiera extrañaría un poco el mar. 

Entonces, ¿por qué estaba tan angustiada? 

No sabía porque, pero sentía que tampoco iba a encajar ahí si acá no lo hice. Traté de no preocuparme y seguí pensando en lo bonito que sería ver de nuevo a mi padre. De verdad que lo quería, pero tampoco me entusiasmaba tanto. Mi padre y yo no teníamos tanta conexión tampoco, pero sabía que me quería.

Me levante y entonces vi a alguien al otro lado de la calle observándome, debí de haber sentido miedo, pero fue lo contrario y por eso me preocupe. Pensé que era David, el esposo de mi madre. 

-¿David?.-Dije pero no recibí ninguna respuesta. Pero parece que lo saque de su pequeña burbuja y se empezó a alejar de mí. Lo raro es que parecía estar un poco más cubierto cuando hacía tanto calor. No lo dudé mucho y fui detrás de el. No debería de hacerlo, pero mi madre dice que soy como una fuente que atrae peligros, por ser demasiado curiosa y muy torpe. 

Giro un poco su cabeza, así que pare. 

-Hey, te he visto mirándome, eres una especie de acosador?.-Sonreí, sabía que era una estúpida hablando con extraños pero había algo raro con él. Era un chico, tenía una linda espalda ancha aunque no pude ver mucho porque estaba muy cubierto y estaba de espaldas. Parece que no me escucho y siguió caminando pero más rápido.- Mira, lo siento se que ni te conozco pero me resultas familiar.-

Ni siquiera se digno en verme de nuevo, así que empece a trotar un poco para alcanzarle.

-Hey! Si no quieres hablar solo dilo.-Dije casi llegando a él. Casi, estaba a unos pocos metros, era mucho más alto que yo. Dejo de caminar, una sensación despertó en mí. Mi corazón latía muy fuerte. Se giro y me miro. No pude distinguir muy bien su cara, pero pude distinguir un cabello muy rebelde y largo, y una nariz muy hermosa. 

Él solo se dedico a mirarme y me sonrió. Pensé que mi corazón se saldría de mi pecho. Era la sonrisa más bonita y perfecta que había visto. Solo duro unos segundos, hasta que siguió caminando, y empezó a correr, muy rápido. Demasiado. 

-Hey! espera!.-Grité, no valió la pena por que quise alcanzarlo pero doblo en una esquina y cuando giré, ya no estaba.

-Demonios.-Murmure, no se que había pasado, enserio. Pero jamás había sentido algo así, desde que me di cuenta que me estaba mirando. Era algo sacado de una película o un libro. Amé esa sensación. Hasta que empezó a sonar mi teléfono. Me asuste, y me frusté. Mire la pantalla, una llamada entrante de "mamá". Rodé los ojos y atendí.

-Hola mamá.-Dije esperando a que me diera todo su sermón de porque no estaba en casa preparándome para el viaje de mañana.

-Demonios ____, donde andas?.-Me dijo un poco enojada, nada fuera de lo normal.

-Estoy llegando a casa, no te preocupes.-Empezó a regañarme de mi irresponsabilidad y deje que hablará sola hasta que me canso.- Emmm mira mamá luego hablamos, si? adiós.-  No deje que me dijera otra cosa y corté. 

Iba a ser una larga semana. 

Bite.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora