Capítulo 1

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Mi ganas de tomar el celular y hablar con él crecían a cada minuto. Eran las 03:34 de la mañana, desperté por culpa de una pesadilla: soñé qué estaba con él, que me quería. Cualquiera diría que es un sueño adorable, pero para mí era una pesadilla; porque sabía que era imposible que sintieramos los mismo uno por el otro.

Traté de dormir pero cada vez que cerraba los ojos veía su cara. Así que tome el celular y le hablé, para ese momento ya eran las 04:09 y me propuse algo: si no contesta en el lapso de una hora ya no intentaré comunicarme con él. Pasaba el tiempo y yo me distraía como podía, dieron las 04:23 y sentí que el celular vibró, admito que me emocioné, sentí como se aceleraba mi corazón y una extraña sensación en en la boca del estomago igual a la que sentía cuando compartía tiempo con él. Pero al revisar el celular me di cuenta de que no era él, era un amigo a quien también le había hablado para poder distraerme, ya no quería contestar, Le diré que me quede dormido, pensé mientras dejaba el celular a mi lado y me preparaba para dormir, ya me había resignado, no podía dormir porque los pensamientos me atacaban: ¿Para qué le hablas? Tal vez, no está despierto. Aunque estuviera despierto no contestaría. ¿Cómo es que pensaste que podía ser él el que contesto?...que idiota.

Ya me estaba durmiendo cuando el celular vuelve a vibrar, ya estaba demasiado cansado para emocionarme pero igual la esperanza de que fuera él no moría. Revisé la hora y ya eran las 05:07, al revisar el mensaje mi corazón se acelero nuevamente y mi cansancio desapareció, ¡era él!

¿Ahora que hago?, pensé, como aun no pasaba la hora límite me propuse a contestar el mensaje ¡¿Qué le digo?! estaba muy nervioso ya había pasado algun tiempo desde la última vez que hablamos.

Yo: Hola
Alan: Hola
Yo: ¿Cómo estas?

Se que resulta un cliché hacer esa pregunta pero hacía mucho que no sabía algo de él y en verdad deseaba saber cómo estaba.

Alan: Bien
Alan: ¿Y tú?
Yo: Bien, ¿y eso que estas despierto a esta hora?
Alan: Tengo compromisos ahorita en la mañana

Me intrigaba el hecho de que tipo de compromisos podía tener a esta hora, pero no ahondé más en el tema.

Yo: Oh
Alan: Sí...¿y tú?
Yo: Tuve pesadillas y no pude recuperar el sueño

De ahí en más la conversación se volvió fluida, recordando los momentos donde fuimos amigos.

Sin darme cuenta hicimos planes para volvernos a ver, quedamos de vernos en un parque para platicar y ponernos al día de nuestras vidas, se despidió y yo me dormí. Para ése momento el sol ya mostraba todo su esplendor matutino.

Al despertar era poco mas de medio día, yo no tenía compromisos pero se lo tenía que contar al alguien asi que salté de mi cama y me dirigí a bañarme, le avise a mis padres (a mis 19 años creo que aun esta bien vivir con mis padres) que saldría y tomé camino a la casa de mi mejor amiga.

Por suerte para mí sí estaba cuando llegué, me recibió y en cuanto le dije que le tenía que contar algo nos apresuramos a llegar a su habitación.

-¡¿Qué?! -me gritó Eveline, entre horrorisada y sorprendida- ¡¿Cómo que lo vas a volver a ver?! -el tono de su voz no cambió.
-Ah...s-sí -admití apenado.
-¿Eres imbécil o masoquista? -Evelin podría llegar a ser algo directa pero yo se que era porqué se preocupaba por mí.
-Creo que ambas -agache la cabeza.
-Ya sabes que no puedes estar con él, solamente te ilusionas...y lo sabes -Evelin ya se había tranquilizado.
-Ya sé, pero...
-¡Pero nada! Aqui no hay "pero" que valga -se altero de nuevo, ya sentía yo que se iba a quitar un zapato y me pegaría con él en la cabeza.

Después de pasar un rato más en la casa de Evelin regresé a la mía, aun no oscurecía así que decidí ir por el camino largo. Mientras caminaba iba escuchando "Imagine Dragons", simpre me ha parecido que es una buena banda para cuando viajas, casualmente se puso la canción "Demons" en la versión acústica. Amo esta canción. Cerré los ojos mientras soltaba un leve suspiro.
Todo el camino estuve pensando si el volverlo a ver era algo bueno.

Un día tras otro pasaba y mi decisión de presentarme en el lugar acordado cambiaba constantemente, cada uno de los días hacía una lista mental de lo bueno y lo malo de volver a verlo; pero todo eso se volvía insignificante después de que el sol se ocultaba porque volvía a hablar con él. Sin quererlo hacía que olvidara todo.

Desperté, era aquel día que tanto esperaba y que también no quería que llegara, tenía mensajes de Evelin advirtiéndome lo que podía llegar a pasar si asistía al encuentro pero simplemente los ignore y continué con mi proceso para poder salir; di un salto fuera de la cama, comí mi desayuno, tomé una ducha; tardé horas eligiendo el atuendo apropiado, la ropa salía del armario como si tomara vida propia y quisiera huir, pero su parada mas lejana era mi cama, cuando por fin encontré lo que iba a usar, lavé mis dientes y salí de la casa, claro, no antes de avisar que saldría. El punto de reunión no estaba muy apartado de mi casa pero igual quería llegar puntual, el lugar se encontraba a diez minutos (caminando) de distancia desde mi casa y faltaban veinte para la hora de encuentro, la emoción albergaba mi cuerpo y aumentaba mientras me acercaba al lugar, con mucho esfuerzo las extremidades de mi cuerpo obedecían ordenes.

Llegué, el lugar al que decidimos ir, un parque, me gusta la idea de salir, respirar aire fresco, caminar, ver caras nuevas y tener un lugar tranquilo dónde pensar.

Me encontraba sentado en una banca dónde se podía ver el camino hecho para las personas que van a hacer ejercicio, unas cuantas pasaban caminando y otras pocas corriendo. Faltaban cinco minutos para que llegara la hora de nuestro encuentro cuando vi a la distancia la silueta de un joven acercandoce a donde yo estaba, la emoción que ya había disminuido un poco durante mi recorrido hasta este lugar volvió con más intensidad.

Ausente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora