DE MENTIRA A VERDAD

III

Y comencé como cualquier otro día, bueno, no... Sin alguien que me alegre las malas mañanas que siempre tengo. No quiero que me vea así, quiero que me vea y piense que estoy mejor así. Pero claramente, no es así.

El autobús aún no venía, decidí esperar un par de minutos más.

No venía, y no me quedaba otra opción que irme andando, por suerte no está muy lejos. 15 minutos andando. Claro está. Prefiero llegar un poco tarde , pero al menos nadie me verá ya que solo estaré yo en clase, repasando la asignatura que tengo pendiente.

-Mierda.-Susurré con rabia. Cerré los ojos y asumí la mala suerte que tengo.

Caminé por las frías calles, lleno de coches , estudiantes estorbando en el camino. Pero no tengo otra opción que asumir de nuevo mi mala suerte.

Llego a la clase, el profesor corrigiendo exámenes, cuadernos, fichas etc...

-¿Se puede?- Llamé a la puerta.

-Si , claro pasa.- Me miró y volvió la vista a los cuadernos.

Me senté en segunda fila, donde me sentaba al lado de Brandon.

Miré su pupitre, que estaba tallado en la mesa mi nombre, y en mi mesa su nombre. No se que hará él con eso, pero yo lo dejaré. Por dos sencillas cosas, no se como quitarlo y la segunda... Aún le amo.

Sonreí , pero al segundo se me quitó la sonrisa. El profesor veía que estaba mirando repetitivamente su mesa, sospechó de que algo me pasaba...

-¿Estás bien Andy? Nunca te veo así.-

-Si, me había despistado, perdón.- Alcé la mirada hacía él, quitándome una pequeña lágrima.

-¿Segura? Recuerda que me puedes decir todo, somos como amigos Andy.- Me sonrió.

Claro que no le iba a decir nada de esto, es un profesor ¿que le importará lo que me pase? A lo mejor me quiere ayudar, pero no podría hacer nada y no merecerá la pena contárselo.

Saqué los libros y empecé a estudiar, se me iba inconscientemente la mirada hacía su pupitre a cada rato.
Pasados ya la media hora, comenzaron a entrar mis compañeros por la puerta.

Me sentía muy incomoda al ver a Brandon, él estaba con sus amigos .

Me miró y se sentó al lado mía.

-¿No te esperarás sentarte aquí, no?- Pregunté con media sonrisa.-

No me respondió y no me hizo caso, es como si no le hubiese hablado. Solo me miró y empezó a sacar las cosas de la mochila, en toda la clase no me hablo. Ni siquiera cuando nos mandaron un trabajo en equipo y tenía que estar con él.

Cuando finalizaron las clases, en el pasillo. Él estaba con sus amigos hablando. Me daba la espalda y yo le toqué el hombro. Se giró.

-¿Que quieres?- Me preguntó mirándome fijamente a los ojos.

Me pareció muy borde y decidí mejor no contestarle ya que esto podría acabar peor de lo que ya estaba. Le miré a los ojos también y me pregunté ¿Cómo me podría haber hecho eso?

Se me cayó una lágrima, y antes de que me viera me di la vuelta.

Me fui a mi casa, andando. Necesitaba tiempo para pensar que haré , como lo superaré. Se me pasó una idea muy miserable, utilizar a un chico para olvidar a otro. Mejor no lo haré, haría daño a un chico que no tiene culpa de nada. No seré tan miserable.-

Entré a mi casa, el olor de el café aun rondaba por la casa. Fue muy agradable, me senté en el sofá que había adelante de la televisión. Lo encendí, dejé el mando apoyado sobre la mesa y fui a la cocina.

-¡Mierda!¡Como duele!-Me tumbé en el sofá agarrándome de el dedo meñique del pie.- ¡Puto sofá!- Me di con la pata de madera.

Pasados ya 5 minutos me levanté y fui a la cocina nuevamente. Saqué unas tostadas del envoltorio.

Los dejé en el platillo que puse encima de la mesa e hice un batido de chocolate caliente.

De repente, me llega un mensaje al móvil. Enciendo el móvil, leo la notificación pero no el mensaje, no me importaba mucho. Era de un número desconocido.
---------------------------------
Hola! Aquí os traigo un nuevo capítulo, no es muy largo, soy consciente de ello, solo que no he tenido nada de tiempo para escribir. Tengo muchas ideas para esta historia, y sin falta escribiré lo más que pueda. Un besazo a todos los que les ha gustado!