Valentino.

2.7K 380 94
                                    

A partir de este punto, les contaré experiencias estúpidas pero memorables, así que les ahorraré mi palabrería de introducción para que me acompañen a leer mi triste y excitante aventura.

Era un día lluvioso, acabábamos de salir de clases, las calles estaban comenzándose a inundar y el aire era cada vez más fresco. Para mi era la jodida libertad garantizada. Mónica, Braulio, Hugo y yo caminábamos tranquilamente esquivando obstáculos para evitar mojarnos (aunque fallamos y terminamos completamente empapados) y hablábamos de muchísimas idioteces mientras lo hacíamos. 

Llegamos a la parada corriendo porque el camión ya estaba a punto de arrancar y todos subimos rápidamente como unos retards. Todos los jodidos asientos estaban mojados, por lo tanto la poca gente que había estaba de pie. 

Como cualquier buen mexicano amante del desmadre, nos quedamos en la parte de atrás del camión, ustedes sabrán por qué. El desmadre is back.

Hugo y Braulio tenían las camisetas empapadas, remarcando sus abdómenes y por supuesto, sus pezones. Entonces, cuando Mónica notó aquello, comenzó a hacer caras en plan "Mmm, ¡pero qué suculento!" y todos reíamos "disimuladamente", ya saben, esas risas que escucha hasta Obama. Braulio comenzó a masajearse los pezones y hablar como un estilista homosexual excitado mientras que Hugo le seguía el juego y simulaban ser pareja.

¡Era algo tan estúpido, pero a la vez gracioso! La gente nos miraba como sí tuviéramos algún tipo de retraso e incluso el chofer nos miraba con enojo a través del retrovisor.

¡Ah, ah! Casi olvido mencionar lo más importante de este pequeño suceso. En el camión, había un sujeto bastante apuesto, con apariencia de universitario (¿Que cómo lo supe? Las ojeras y mochila gigante lo delataron) que a cada rato miraba hacia nosotros, sobre todo a Braulio.

Golpeé el hombro de Mónica y le susurré "Ese tipo, no . Como que tiene cara de que quiere comerse a Braulio", ella soltó un gritillo y aplaudió disimuladamente (siempre hace eso cuando se emociona) diciendo que también lo había notado.

Finalmente, cuando el sujeto (al que apodamos Valentino) se iba bajar del camión, se acerco a Braulio y comenzó a charlar con él.

"Me gustan tus pezones", "¿Tienes novio?, ¿es él? (Refiriéndose a Hugo)", "Te pareces a Bruno Mars, y él me encanta".

Sacó una pluma rápidamente y en el brazo de Braulio anotó su nombre y lo que parecía ser su número. "Llámame, quiero conocerte".

¡El pobre se quedó de piedra mientras nosotros aguantabamos la risa!
Y lo mejor de todo, es que cuando finalmente "Valentino" se bajo, volteo a ver a Braulio y le hizo una seña en plan "Te buscaré después" seguida de un beso al aire.

El camión avanzó y nuestras risas salieron mientras que Braulio analizaba lo que acababa de suceder. "Creo que soy muy guapo para este mundo", dijo.

Desde ese día, nuestro amigo no se salva de nuestras burlas y preguntas estúpidas acerca de "Valentino".

(...)

¡Ya sé que he estado muy ausente gente y de verdad lo siento mucho! Esta semana me pondré al corriente en la historia, en las experiencias de los lectores, en responder comentarios y mensajes y terminar la introducción de un nuevo proyecto del que más adelante tendrán detalles. Sin más que decir, ¡los AMO! ♥♥♥

(...)

¿Te ha pasado algo así?

Las ventajas de ser una Fujoshi: Mi experiencia en la vida real.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora