"Harry" repito, porque en realidad no me lo puedo creer.
Él asiente tímidamente, oh, Dios, como amo ver la manera en que se sonroja, es tan tierno. Y con tan solo imaginármelo debajo de mí, con sus mejillas igual de rojas mientras yo lo monto hace que me de calor.
"Me gusta" confieso "Es parecido a Henry, así que me acerque a adivinar tu nombre" bromeo.
Él sonríe, y sus hoyuelos se marcan en sus mejillas.
"Ni me lo recuerdes" dice, mirando al frente.
Yo niego, porque ahora que lo pienso ese día me sentí horrible.
"Cierto" le doy la razón "Mejor sigamos en lo que estábamos"
Él me mira confundido, así que lo agarro por la barbilla y uno sus labios a los míos otra vez. Él de una vez me corresponde y yo en este momento puedo morir en paz.
"¿Quieres que mañana pase por ti para ir a clases?" pregunto suavemente, mientras nuestros labios se siguen rozando.
"No quiero molestar"
"No eres ninguna molestia, bebé" digo con sinceridad. "¿Cómo puedes pensar eso?"
Él solo mira hacía abajo, y no se porque pero creo que hay algo más.
"¿Entonces?" pregunto nuevamente, dejando un beso en su barbilla.
Él me mira, sonriendo tímidamente.
"Esta bien, tengo clases a las siete"
Oh, no, yo tengo clases es a las diez. Tendré que levantarme temprano, pero bueno, valdrá la pena.
"De acuerdo, paso por ti mañana temprano"
Él asiente y agarra su mochila, abre la puerta del auto y cuando esta a punto de bajar lo agarro por el ante brazo.
"Se te esta olvidando algo" susurro, besándolo nuevamente "Ahora si, puedes ir" señalo hacía su casa.
Sus mejillas adquieren nuevamente color.
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De verdad que no puedo evitar no pensar en los labios de Harry, son tan sabrosos que simplemente no pude obtener suficiente de ellos.
Mientras conduzco hasta su casa, no puedo dejar de pensar que no le he hecho ninguna mamada a Harry durante las ultimas semanas, y extraño su pene en mi boca.
Miro mi cabello rojizo en el retrovisor y juego con mi piercing que tengo en el labio inferior. Puedo ver como el camina con pasos lentos hasta mi auto.
"Hola, Louis" el me saluda cuando entra al auto.
"Hola, bebé"
En sus manos trae varias cosas, y no puedo evitar observar que en su mano derecha trae dos botellas de agua. Dios, sus manos son tan grandes, cómo se sentirán apretando mis nalgas y...
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