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La daga empezó a brillar después de tres años, la promesa debería ser cumplida; el caballero se puso su capucha, la daga y una espada para emprender su viaje al monte más alto a recuperar a su amada.

Pasó por muchos lugares, despidiéndose de todos y de quienes se despedía se preguntaban el por qué y el caballero no daba ni una razón, sólo se alejaba y seguía su camino para no llegar tarde.

Fue un camino largo, muy difícil de cruzar, pero no se detuvo ni un segundo, al contrario, alzaba la mirada hacia la sima de la montaña y seguía cada vez más rápido.

Cuando llegó, alzó la daga para que las puertas de dicho lugar se abrieran y entró con cuidado, habían muchas personas, cada una de diferentes maneras hasta que vio hasta el fondo a su amada petrificada; le tocó el rostro y le dio un pequeño beso de despedida, bajó la daga y sonrió, empezó a brillar cada vez más mientras le bajaba una lágrima por su mejilla.
A las horas, la chica despertó, y no veía más que un poco de brillo en el aire y una daga en el piso, le dolía el corazón, se desabrochó la blusa y vio que, encima de éste, tenía una marca de luz, que no dejaba de brillar.

Ahora, él está más cerca de lo que ella cree y la protegerá por toda la vida ya que la marca nunca dejará de brillar, mientras tanto, ella se pregunta dónde está él.


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⏰ Última actualización: Oct 16, 2017 ⏰

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[P] Historias narradas en una taberna de SlavionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora