Villa In Magnam, año 1400.
En una época de oscuridad y temor, la humanidad se volvió contra aquellos que consideraban diferentes. No hay una fecha precisa que marque el inicio del odio irracional hacia las demás especies. Muchos fueron forzados a ocultar sus dones, pero no se puede esconder lo que uno realmente es por mucho tiempo. Algunos lograron aislarse en comunidades apartadas, lejos del alcance de los humanos.
En esos tiempos, tanto humanos como hechiceros eran condenados a la hoguera o sometidos a muertes crueles, acusados de "brujería". La mayoría de las acusaciones eran absurdas, pero algunas... eran ciertas.
Los hechiceros, capaces de manipular y crear energía, enfrentaban un desafío imposible: ocultar lo que para ellos era tan esencial como respirar. En medio de este caos, en un rincón oscuro del bosque, una aldea apenas sobrevivía tras ser acusada de adorar a entidades malignas. Los pocos que quedaban luchaban por mantener lo poco que les quedaba, el único lugar al que podían llamar hogar.
En una fría noche, en una humilde cabaña, la esperanza brilló por un instante con el nacimiento de una niña. Pero la alegría se transformó en temor cuando sus ojos se abrieron, revelando un color violeta que llenó a sus padres de pánico. Sabían lo que eso significaba.
—¿Qué vamos a hacer? —preguntó la madre, la preocupación reflejada en sus ojos—. Si se enteran de nuestra bebé, podrían...
Su voz se quebró, y por primera vez desde el agotador parto, se permitió llorar. No podía soportar la idea de que su primogénita sufriera. Su esposo, perdido en sus pensamientos, observaba el fuego de la chimenea, tratando de asimilar el difícil destino que ahora enfrentaban. El llanto de su esposa lo devolvió a la realidad, y con ternura, intentó consolarla.
—Descansa, necesitas dormir —susurró suavemente. Había estado con ella durante todo el parto y sabía lo agotada que estaba.
—No, debo cuidar a mi bebé —respondió la mujer, apartándose abruptamente.
Aunque el cansancio la consumía, el miedo la mantenía alerta. Se acercó a la cuna de madera donde descansaba su hija y, con determinación, murmuró:
—No dejaré que le hagan daño.
Era más que una promesa para su esposo; era una promesa que se hacía a sí misma.
El hombre se levantó y se acercó a ella.
—Mírame —dijo con firmeza, y cuando ella lo hizo, continuó—: Te prometo que estaréis a salvo. Las protegeré con mi vida.
Pero la respuesta de ella fue más sombría de lo que él esperaba. En voz baja, expresó la verdad que ambos temían enfrentar:
—Tengo miedo —susurró—, tengo mucho miedo de su poder...
Nota:
Hace mucho no hacía esto y sinceramente, se siente muy bien crear un mundo nuevo otra vez, recientemente tuve ganas de leer las tonterías que escribía cuando era adolecente (me siento muy viejaaa xd).
Siempre tenía cariño a esta historia, al menos quiero darle mas forma y ver hasta donde termino o esa es la idea, terminarla para que en dentro de unos años me vuelva reír de lo que escribía.
All the love. M
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Atrapada En Mi Naturaleza
FantasyEn un mundo donde el poder puede ser tanto una bendición como una maldición, existe un don tan colosal que exige un control constante, sin importar los sacrificios que imponga a quien lo porta. Alía de Magno, una joven hechicera proveniente de una f...