Prólogo

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Decían antiguamente que cada 4 años, en año bisiesto el mundo dejaba de girar y 5 jóvenes que el destino juntó debían recobrarlo, así considerándose, la gran mayoría, mayores que los corrientes.

— ¿Leyenda urbana? No lo creo — dijo Reese comentando lo que la profesora Constance hablaba junto a Matt, su mejor amigo.

— ¿Crees en eso Reese? — dice Matthew parando a medio pasillo de golpe.

Matt no era de esos que caía en brazos del amor apenas conocía a una chica, sin embargo su 'máscara' era todo lo contrario.

Reese era del tipo de chicas que si cada hombre fuera un camino, no debería escoger, los recorrería todos y cada uno de ellos, tropezando hasta con las piedras. Pero con Matt, con él se formó una relación especial.

Aunque no lo creas estos dos no se han declarado y no son más que tímidos amigos.

Por otro lado Kymizu adoraba ver el agua y filtrarla en la clase de ciencias, ella era única y por esa razón no tenía nadie a su lado para compartir ese amor interno que ocultaba con esmero. Siempre estuvo enamorada de Charlie, el jugador de fútbol y guitarrista de una banda con sus amigos, pero ocultarlo para ella no era mas que una armadura ante sus sentimientos.

Y los Jill, los Jill son un caso. Pelean, se reconcilian luego se vuelven a pelear, se dejan de hablar, arreglan el malentendido y se abrazan.

— Pero si te gusta Steve...

— ¡Ya basta Alex! — El caluroso día se convirtió en una lluviosa tarde de verano, muy cerca de febrero. Año bisiesto.

Un mes más tarde...

— ¡Alex, baja hay un sismo!

Al bajar este chico se da cuenta de que el sismo fue el comienzo de su era...

— Kognis, se ha detenido el mundo.

Ocasos Reversibles ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora