Prólogo - The Arrival of the Winter

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Una cálida sonrisa, la brisa fresca y una tarde de otoño.

Una reunión de amigas... una fiesta de té.



—Hiashi deja de correr por las flores y ve con papá—. El niño de tres años da un gritito emocionado al oír que irá con su padre y sonríe a pesar del regaño que acaba de recibir por parte de su madre.

—Tu hijo es precioso Hinata —dice una rubia de largo cabello—, algún día será el esposo de mi hija. Ino termina la frase y acariciando su abultado vientre levanta una taza de té llevándola hasta sus labios.

—¡Oh, ni lo sueñes puerca!, él terminará casándose con la mía —dice Sakura mirando a la pequeña bebé de negro cabello en sus brazos.

—Tranquilo Hiruzen. Ellas dicen eso porque aún no te han visto pero en cuanto nazcas serás el bebé más cotizado —habla una orgullosa Shion acomodándose en la banca. Ella lleva ya ocho meses de embarazo.

—¡Ya cállense!, yo sólo puedo dar gracias a Dios porque los gemelos aún estén dormidos y ustedes buscando casar a sus hijos... —la voz de Hanabi es un suspiro de alivio y las demás ríen, pero saben que ella tiene razón. Los gemelos son como dos pequeños grandes torbellinos.

—Ha pasado ya algún tiempo desde que nos reunimos —pronuncia la voz de la tercera rubia presente, Temari—. Aún recuerdo el año en que nos conocimos.

—Fue una época muy distinta a ésta. Esa noche todo era un caos... —las palabras que se escuchan son de una mujer de cabello azul que pronto se ve interrumpida.

—Aunque todo empezó mucho antes —Hinata complementa con una sonrisa llena de tristeza.

Hace 14 años...

Angustia, dolor y sangre, mucha sangre.

—Padre, no, no mueras no me dejes... por favor —las lágrimas inundaban el rostro de Hinata, su voz era una súplica, su cuerpo una maraña de nervios y miedo.

—Eres demasiado débil, aprende de tu hermana menor y deja de llorar —las palabras de Hiashi fueron una bofetada para la morena de ojos perlados, pero ante estas Hinata tragó con fuerza y asintió—. Sé fuerte, sean fuertes. S-sólo se t-tienen la una a la otra. A-ahora huyan, escóndanse.

Tras las agonizantes palabras de Hiashi, Hanabi apretó la mano de su hermana. La castaña salió de la habitación mientras que Hinata vio a su padre fallecer sobre la alfombra de su propia oficina. Ambas salieron de la mansión, corriendo en la oscuridad, buscando ocultarse; pero era demasiado tarde, las buscaban con perros.

—Espera Hanabi —dijo una agitada Hinata—, sólo una saldrá de aquí hoy, te conseguiré tiempo...

—¡No!, ambas lo haremos —dijo la castaña que por primera vez en la vida de Hinata esta se veía titubeante—. Vamos.

Mientras corrían por el bosque buscando salir a la carretera, sus corazones latían fuertemente. Una lágrima rodó por las mejillas de Hinata cuando oyó los ladridos de los perros aún más cerca.

—Quiero corras sin parar hasta la primera parada de bus y desde allí vayas a esta dirección —mientras la morena hablaba ambas se detuvieron y Hinata le dio un celular a Hanabi—. Memorízala y cuando lo hagas no lo apagues, regálaselo a alguien.

—P-pero —dijo la castaña de ojos perlas mirando a su hermana mientras trataba de no temblar; ella sabía que esto significaba el adiós y tal vez para siempre.

Prisoner (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora