Capitulo 2

104 10 1
                                    


Mi viaje a los Ángeles fue agotador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi viaje a los Ángeles fue agotador. Con 8 horas menos de diferencia, había logrado dormir todo el trayecto. Mi vuelo había salido a las 9:00 AM, y había aterrizado por fin a las 7:20 PM. Había sido un viaje muy largo. Al llegar al aeropuerto, vi el idéntico retrato de Louis pero con unos años más, y hay estaba mi padre. Corrí a abrazarlo. Hacia un año que no lo veía, y realmente me hacía mucha falta. El me recibió con gusto, en un abrazo tierno y tan paternal.

-Nena, haz crecido mucho. – dijo con una gran sonrisa

- Vamos papá, sigues siendo más viejo que yo.- reí

-Tienes el mismo humor que tu hermano- sonrió. - ¿Qué te parece ir a casa? A tu nueva y temporal casa.

-Me parece excelente, merezco dormir. Por cierto, creí que Anne vendría contigo, ¿dónde está?

-Se quedó en casa terminando de preparar la cena para cuando llegaras, con Harry.

-Oh, lo entiendo. ¿Harry? ¿Quién rayos es Harry?

-El hijo de Anne, eres la única que no lo conoce. Louis hace ya una semana, se llevaron muy bien, son de la misma edad.

- Es lógico, pero en fin, te eche mucho de menos papá.

- Y yo a ti cariño. – dijo depositando un tierno beso en mi frente.

- Por cierto Brooke te manda saludos, moría de ganas por verte, pero ya sabes la señora Johnson, no la dejo venir.

- Esa chica es capaz de escaparse de su casa, y no regresar.- rio –A ella también la echo de menos, con sus locuras y sus ocurrencias.

- Oh papá calla ya, me pondré celosa. – reí.

Entre bromas subimos al auto de mi padre, para dirigirnos a donde sería mi nuevo y temporal hogar. En el auto íbamos riendo y cantando canciones que se escuchaban en la radio. El clima era cálido, hacia un viento que se disfrutaba, L.A, es una de las ciudades en donde las lluvias son escasas, y eso me gustaba. Aun hacia algo de sol, mi vestimenta favorecía. Había optado por unos jeans a la cintura ajustados, con una blusa sin mangas de color blanco bordada de las orillas, y unos zapatos altos color crema, lucia bien, o por lo menos yo me sentía bien. Llegamos a una inmensa casa color blanco, con una reja al inicio. Al abrirse la reja mi padre aparco el auto frente a la casa y salimos. Entramos estallando en risas, gracias a mi torpe movimiento que por poco me hace caer. Al pasar un pequeño pasillo, se encontraba la cocina y el comedor, en el que dos personas más ya nos esperaban.

Hermanastros./H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora