d o s.

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En las comedias románticas la protagonista lleva una vida interesante, la mía se basaba en trabajo y sobrevivir.

Desde que me mudé a la capital por mi cuenta para perseguir el éxito, era bastante difícil tener tiempo para mí.  Como alguien amateur y novata, conseguí trabajos de medio tiempo y pasé un tiempo de pobreza brutal en el que estuve a punto de rendirme. Mi presente era bastante diferente, de alguna manera tuve suerte y desde entonces, me la pasaba corriendo de un lado a otro entre firmas de libros, aislamiento para escribir (si es que lo conseguía), reuniones periódicas en la editorial. Sinceramente, dormía muy pocas horas al día porque no conseguía concentrarme en algo que no fuera en la falta de ideas para avanzar en mi manuscrito.

En sí, era como un sim con fallos porque hasta ellos tenían más ideas que yo o incluso, actividades para distraerse.  Limpiar, cocinar, mantenerme con vida, escribir (o no) y evitar en lo posible la luz del sol, esa era mi rutina...mis plantitas sí necesitaban sol, así que caminaba al balcón para acomodarlas en horas especificas y volvía a sentarme en mi escritorio o en el sofá para continuar con el borrador de mi nuevo libro.

Pero me costaba demasiado concentrarme alguna razón. 

―No puede ser.―Murmuré al releer lo que acababa de redactar, apretando los ojos y desacomodando mis gafas al despeinarme el flequillo con total incredulidad.

"Su boca de labios gruesos, las pecas que recorrían su piel, manos llenas de anillos apretándose sobre mi cadera..."

Acababa de describirlo a él.

Al pelinaranjo de labios perfectos y carnosos...

Y me dio muchísimo miedo notarlo.

No tenía que sobrepensarlo, ¿Verdad? Era algo platónico, claro, una musa que inspiraba a una chica estresada y necesitada de un buen p...

Ya basta Hyojung, tienes que calmarte en tus días de ovulación.

Si me concentraba lo suficiente podía ver su figura esbelta y musculosa despidiéndose de mi con una sonrisa coqueta en el rostro. Había pasado un tiempo pero no dejaba de volver a él y a ese momento en el que parecía interesado en mi por alguna razón. ¿De verdad me miraba, a mi? ¿Me recordaba, por qué?  No conseguía entenderlo. 

Quizá solo es demasiado amable...

Por supuesto que no pude sacármelo de la cabeza las siguientes dos semanas. Sí. Dos semanas. Dos malditas semanas en las que evité por todos los medios cualquier punto de la ciudad en el que pudiera aparecerse. Su perfecta imagen me perseguía a todas horas pero...no intenté buscarlo. Okay, okay, lo admito, estuve a punto de marcar al restaurante donde trabajaba como repartidor solo para verlo una última vez pero iba a ser un intento demasiado obvio y totalmente patético, me detuve justo a tiempo al oír la respuesta de la chica al otro lado de la línea. Es que ese fue el límite; tras eso traté de seguir con mi vida y lo logré, más o menos. 

Procurar olvidarlo era difícil... y es que cada noche antes de irme a dormir recordaba cómo se habían sentido sus suaves y carnosos labios sobre los míos y el pensamiento de que debí mordérselos más veces se me escapaba cada vez que pensaba en esos besos. Así es, iba a arrepentirme de no haberlo hecho toda la vida.

No contento con eso el destino hizo que nos cruzáramos de nuevo. Me reconoció. Me vio. Me recordó y recordó esa noche... el hecho de recordar cómo había pedido que me besara me hacía arder el cuerpo de vergüenza. Fui muy descarada, lo sé. Pero como era un desconocido, lo peor que podía pasar era que me respondiera un no y se acababa la historia. El problema fue que me besó y eso me dejó en una especie de conmoción permanente.

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⏰ Última actualización: Aug 10 ⏰

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Lips. | Park Jimin;BTS. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora