III. Inicio

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Sam estaba totalmente nervioso, las piernas le temblaban, los platos de comida que había ingerido Neo estaban dispersos por toda la cocina. El padre solo estaba viendo a su hijo cocinar y se veía totalmente envuelto en la duda.

–Hijo, ¿te comiste toda esta comida? –Con cada paso que daba al frente para llegar a la cocina Sam estaba casi por desmayarse.

–Em... Sí, eso hice, tenía demasiada hambre y no aguantaba que mi estómago sufriera tanto–a Sam le temblada todo el cuerpo, así como un perro chihuahueño agregándole el temor al ver que las escaleras y el pasillo de arriba estaban cubiertos de gotas de sangre, se le notaba la piel más pálida que de costumbre pero no dejaba una sonrisa llena de miedo.

–De seguro, pero tanta fue tu hambre que me dejaste con una sola porción, y veo que aprovechaste para poder comerte el chocolate que quedaba, se supone que duraría algo, dime... ¿invitaste a alguien? Esto no parece que te lo hayas comido tú, más bien parece como si se lo hubieran comido otras 5 personas, Sam, no me engañas–el padre se veía convencido de su creencia, pero Sam fue inteligente para contestar.

– ¡Oh! Está bien, me has descubierto, te lo diré–su cara cambió a una de aceptación– ¿Te acuerdas de aquel compañero de la graduación? Creo que no lo conoces, pero está de visita por estos rumbos, sus padres planearon las vacaciones para venirse acá a Japón y quise invitarle un pequeño desayuno, y sabes, él come como una bestia, es muy grande, de hecho él era el que me protegía de los otros brabucones, ahora es demasiado alto y se ve que adelgazó un poco e hizo ejercicio, acaba de irse hace rato, lamento no haberte dicho que estaba de visita, me lo dijo ayer por la noche–Parecía que la culpa se estaba comiendo por completo a Sam, no parecía del todo bien y la comida que tenía preparando estaba sobrecalentándose.

–Y me imagino que a causa de ellos tienes la cocina llena de platos...–Lycan era igual de listo pero se creyó totalmente la mentira de su hijo–tienes que decírmelo, sabes que yo también puedo ser un gran anfitrión–Sam estaba sorprendido, se había tragado todo el cuento.

–Para la próxima, si es que l hay yo te avisaré, ahora tengo listo tu plato de comida, tú también necesitas desayunar–.

–Tienes razón, gracias por la comida–el padre expresó una pequeña sonrisa y comenzó a comer.

–Por cierto, ¿A dónde fuiste, y tan temprano? –Sam quería cambiar el tema para no sentirse más nervioso de lo que ya estaba.

–Pues, solo tuve que organizar los documentos de ambos para poder irnos de aquí y regresar a América, seguramente nos podamos ir en unos 3 o 4 días.

– ¿Enserio? –La expresión de Sam hacía su padre fue de desilusión, haciéndole recordar que su madre había fallecido.

Lycan asentó con la cabeza y siguió comiendo normalmente pero con una mirada seria, el silencio se hizo por todo el comedor y la cocina, al parecer ambos no podían dejar atrás su principal problema.

Pasado el mal rato, Sam decidió ir por un trapeador y una cubeta llena de agua a espaldas de su padre para eliminar toda evidencia de que Neo estuvo en el hogar. Subió cuidadosamente las escaleras, las cuales estaban después de un pasillo lejos de la cocina y empezó por el corredor del segundo piso, el utensilio doméstico se coloraba totalmente de rojo, para Sam era un total asco pero debía de hacerlo ya. Después, trató de hacer lo mismo con las escaleras, una por una fue limpiando, hasta que escucho el rechinar de la silla, dando a entender que su padre había acabado, un golpe de suerte sería el necesario para que no viniera directamente a las escaleras.

–Hijo, tendrás que lavar todo lo que has usado... todo este desorden los hiciste tú así que tienes que limpiar, mientras iré por mis cosas para poder hacer una última investigación, porque luego tendremos que empacar–el hijo, tan apresurado, terminó el grandísimo quehacer y fue rápido a tirar la cubeta repleta de agua, sangre y jabón para eliminar evidencias. Lycan fue directamente a las escaleras y se percató que el piso estaba demasiado reluciente; nunca lo había notado así desde antes que despidiera a su anterior mucama. Procedió a subir y notó que el cuarto de Sam estaba cerrado siendo algo raro de él porque siempre deja la puerta abierta para que puedan pasar fácilmente, pero no se dejó por más extrañezas y fue por sus cosas a su recamara.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2016 ⏰

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