Con Pelusa ya habíamos regresado de ese pequeño y tranquilo paseo, por lo menos me ayudo a deshacerme de todos los nervios y miedo que sentía en ese momento.
Solté un suspiro al ya ver a mi perrita durmiendo tranquilamente al lado mío, decidida saque mi celular y, como siempre, me puse a conversar por whatsapp. Hasta que nuevamente me hablo Yhosh.
Mis manos temblaban más que nunca, estaba con la respiración agitada, mientras ahogaba un sollozo que ya estaba que escapaba de mis labios. Me levante de mi cómoda cama, aún shockeada por aquella imagen. Mis labios soltaron un suspiro largo, hasta que pude calmar mi respiración y nervios. Solo pensaba en que era una broma y nada más, que un loco enfermo solo había matado a una persona igual a mi prima.
A los pocos minutos, se escucho un estruendoso ruido, por lo que despertó algo exaltada mi pequeña mascota, la cual, como dije anteriormente, dormía a mi lado.
_Que fue eso... -murmuré, tratando de calmar mi cuerpo que nuevamente comenzaba a y temblar.
Di unas pequeñas vueltas en mi sitio intentando calmarme, luego jugué un momento con mis dedos, para suerte mía, logre calmarme por fin. Salí de mi cuarto a un paso seguro, demostraba que yo era la alfa de aquí, o eso era lo que planeaba. Al ya estar en la planta baja busque con mi mirada el seguro desastre, que había ocasionado aquel ruido, ya que no se puede producir tal estruendo sin que nada hubiera salido ileso.
Camine a la cocina, para lograr encontrar el desastre, que eran solo platos y tazas quebradas en el suelo. Suspire nuevamente, tome la escoba y la pala con rapidez, para poder limpiar todo aquello.
Cuando termine pude ver que el piso estaba rayado, me acerque logrando leer algo sin sentido alguno hasta el momento.
_¿Tick, tock? -Leí algo confundida, mientras pasaba el dedo por aquello.
No le tome mucha importancia a aquello, solo me importaba el saber si era una broma o algo así. Una notificación llego a mi celular, lo desbloqueé... Era Yhosh.
Ya me estaba dando miedo de que cometiera otra locura, mi prima lejana muerta y entro a mi casa, ni siquiera se como.