3.- Donas

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Había pasado una semana desde que regrese a la escuela y a trabajar, todo había ido como siempre, en la escuela; no le hablaba a nadie, todos se enteraron del accidente que tuve y empezaron a correr rumores de que todo era una farsa y que solo lo hacía para llamar la atención, en fin, puedo sobrevivir todo esto gracias a mi única amiga, Teiko, aunque solo la veía en las tardes, me servía de consuelo poder platicar con ella.

Estaba en el trabajo sirviendo a unas cuantas mesas cuando entraron al café un señor grande con un corte de cabello al ras y de traje, junto con él venía un joven de una tez extremadamente blanca al igual que su cabello. Me quedé mirándolo unos segundos hasta que reaccioné y fui a atenderlos, los dirigí a una mesa libre y tomé su orden; donas y una malteada para el peliblanco y unos sándwiches para su acompañante.

Creo que extraño, pero me resultan familiares... Divagué un poco en mis recuerdos hasta que recordé sus rostros; ellos son los agentes del CCG que nos salvaron a Teiko y a mi aquél día. No pude evitarlo, fui caminando a su mesa rápidamente.

- ¡Muchas gracias por salvarme a mi y a mi compañera del ghoul aquel día!.- les dije e incliné mi cabeza hacia ellos.

- Descuida, es nuestro trabajo después de todo, me presento, soy el agente Shinohara y él es Suzuya Juuzou .- respondió el hombre. Alcé mi cabeza y los miré a los ojos. Les sonreí levemente.

- ¿Ya están las donas?.- dijo Juuzou mientras hacía un puchero.- tengo hambre.- jaló una de sus ¿costuras? Debajo de la comisura de sus labios y me miró. Me sonrojé instintivamente y fui corriendo por su comida.

- Perdón por el retraso.- dejé la bandeja y me iba a retirar pero el peliblanco me tomó de la muñeca.

- Oye, no nos has dicho tu nombre, es de mala educación no presentarse.- me miró con sus grandes ojos y me perdí en su mirada, sus ojos, rojos carmesí, como la sangre...

- Pe-perdón, soy _____ Minami, les agradezco nuevamente.- dije y me fui antes de que notaran mi sonrojo. ¡Mis mejillas ardían!

Regresé a la cocina y vi como Teiko me lanzaba una sonrisa pícara, de seguro vio todo lo ocurrido. Maldita.

- Oye _____, recuerda que hoy sales temprano, termina de atender esa mesa y ve a tu casa a descansar.

- ¿Pero estarás bien tú sola?.- no quería dejarla sola después de lo ocurrido semanas atrás.

- Si, no te preocupes por mi.- sonrió y continuó cocinando.

[...]

Terminé de atender la mesa de los agentes del CCG con mucha vergüenza y me dirigí a la salida trasera del café, recordé antes que tenía que entregar un proyecto final de leyes y ni lo había empezado, entonces no le reclamé más a Teiko por que se quedara ella sola en la tienda. Por las prisas que tenía salí sin cambiarme mi ropa.

Cerré la puerta de la salida trasera y caminé por el pequeño callejón en que se encontraba ésta y avancé rápido (nunca me ha gustado mucho el ambiente de este lugar así que siempre prefiero irme lo más veloz posible). Mis tacones resonaban sobre el piso mientras me acomodaba la falda y me quitaba mi diadema.

Sin que me diera cuenta antes de llegar al final del callejón, tres sujetos me estaban rodeando, bloqueando mi paso.

Hilos entrelazados (Suzuya x ______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora