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© BERNARDO DE LA PEÑA OLAETA Registro Número: 03-2000-072012385900-01 Circuito El Capulín no. 139 Fracc. Residencial del Parque C.P. 20277 Aguascalientes, Ags. México. Primera edición electrónica

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PRESENTACION

El maestro Aurelio Ramírez Ruiz ha sido durante su vida un acucioso investigador de la historia mexicana. Sus conceptos sencillos, pero certeros, ayudan al lector al entendimiento natural de los temas históricos que trata, sin facciones que diluyan la parte toral del suceso. Es así como la facilitación de la lectura de sus libros redundan tanto en el aprendizaje del escolar como del ciudadano común que, al penetrar el autor con referencias, beneficia en conjunto la realidad histórica del acontecimiento o personaje. En “Zapata en el Ojo del Huracán”, transporta al lector de la mística revolucionaria del jefe sureño afianzada 1913 en búsqueda de la paz, al triunfo de los postulados del Plan de Ayala - que tuvieron acciones concretas después del triunfo de la revolución- en una reseña del planteamiento de sus articulados durante la Convención de 1914 sucedida en Aguascalientes. Da ocasión el tema zapatista al añadir en la edición del año actual, para que Aurelio Ramírez Ruiz disponga de un apéndice mayor en el que incluye narraciones, anecdotario y artículos de autores varios relacionados con la Convención de 1914, su época y entorno. Así es como la presente edición mantiene sobre todo, esa necesaria dialéctica de la historia que nunca termina, sino que se construye día a día, sabiendo que los acontecimientos que pueden resultarnos lejanos no son sino un antecedente de nuestra actual condición y un recordatorio de lo complejo, no solamente del estudio de la historia, como problemática vigente, hasta nuestros días. Es este libro pues, un instrumento que se adapta a la temática de las celebraciones centenarias que en el año 2010 conmemoraremos. Doctor en Historia VICTOR MANUEL GONZÁLEZ ESPARZA Noviembre del 2009

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Cariñosamente a P. Fr. Esteban Ramírez Ruiz OSA Entrañable y querido hermano.

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ZAPATA SIEMPRE

Secretamente,

Desde lo profundo, Tu sangre se transforma. Fluye -con un silencio húmedo y oscuro – Por los brazos esbeltos del maguey azuloso, se convierte en bebida blanca y amorosa para los labios tristes y resecos. Todavía tu voz arrastra su lamento de hojas secas por cerros polvorientos y valles florecientes. Tu mirada se asoma desde los ojos negros - abismales – de aquel niño moreno de los pies descalzos. Tu reclamo se agranda ¿dónde está la tierra, la tierra húmeda llena de flores blancas para saciar el hambre antigua de tantos hombres y mujeres secos? Tu espíritu se mezcla con la alegría líquida del río, busca el alma fragante de los pinos, busca el cobijo verde de las milpas. Tu reclamo, tu voz omnipresente entre los árboles, el surco, los fusiles, el viento, las haciendas, las chozas y las piedras, los vasos de aguardiente. Tu reclamo, tu voz Ígnea que surge del volcán Estalla, Quema... Cubre el cuerpo doliente de la patria con su ceniza triste. Liliana Ramírez Flores 20 Junio 99

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PRÓLOGO

ZAPATA EN EL OJO DEL HURACÁN es un trabajo que viene a enriquecer la

escasa bibliografía sobre un tema fundamental de la Revolución mexicana, nos referimos a la Soberana Convención Revolucionaria de Aguascalientes. Aurelio Ramírez Ruiz, formador de varias generaciones de estudiantes de educación media superior, nos ofrece en esta obra los sucesos históricos que antecedieron a la Convención, así como los momentos más importantes tanto de la primera como de la segunda etapa de este organismo. El profesor Ramírez, empleando un lenguaje directo, accesible y en ocasiones coloquial, subraya la participación del Ejército Libertador del Sur en el proceso revolucionario, su exclusión en las negociaciones a la hora del triunfo, la desconfianza del general Emiliano Zapata y jefes cercanos hacia Venustiano Carranza, la alianza que concertaron con la División del Norte para conseguir la adhesión de la Convención al Plan de Ayala y sus demandas agrarias así como la destitución del Primer Jefe - “el hombre estorbo de la revolución”-, hasta llegar a la designación de un nuevo presidente provisional de la República, cargo que recayó en el general Eulalio Gutiérrez. La Convención fue ante todo un intento de negociación política entre las facciones revolucionarias, una disputa por el poder, untratar de imponer su hegemonía, una lucha por el Estado. Fue el escenario institucional en donde midieron sus respectivas fuerzas políticas e ideológicas las principales corrientes revolucionarias en pugna que habían conformado la coalición antihuertista.l La Convención fue una asamblea nacional de discusión que precedió al enfrentamiento militar interrevolucionario. Acudieron a ella las distintas facciones con el objeto de presentarse, identificarse, reconocerse y ponerse a prueba. En ese encuentro también hubo desencuentros; más que confluencia hubo confrontación de posiciones, vertientes y proyectos políticos así como enfrentamiento de tendencias ideológicas. Estoy de acuerdo con Enrique Florescano, quien afirma que en 1914 las diversas fuerzas políticas que se habían desarrollado en escenarios apartados, se reconocieron en la Convención de Aguascalientes, se confrontaron los jefes y representantes de los principales grupos revolucionarios del país que animados pulsiones diversas pusieron a discusión personalidades, ideas y programas.2 Por otro lado, la Convención fue el terreno institucional en el que cada una de las corrientes buscó fortalecer su proyecto revolucionario al mismo tiempo que procuró debilitar los de las otras facciones y así tratar de avanzar en sus respectivos planes de hegemonía. La Soberana Convención Revolucionaria de Aguascalientes parecía ser el germen de un Estado nacional, había de hacerse presentes, ganar espacios políticos e imponer supremacía. En esa lucha por el Estado, los tres principales gobiernos en desarrollo: el constitucionalista, el villista y el zapatista, «para poder ser nacionales y soberanos tenían que imponerse como uno sólo, triunfador sobre los demás»3. La Convención debe entenderse como una fase de este proceso. Si admitimos que la Convención fue un encuentro interregional de los distintos grupos revolucionarios, entonces teóricamente se dio la posibilidad real de que cada uno de ellos renunciara a sus propias peculiaridades y exigencias, hiciera a un lado sus divergencias más superficiales y pusieran el acento en las coincidencias fundamentales para incorporar en un solo proyecto nacional lo mejor de cada uno de ellos. La cuestión se complicó al haber también pugna, desconfianza, envidia y deseos ‘de

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