Yo nunca me he imaginado que las personas que se quitan la vida por desgracias que les ocurren, la hubiera visto hoy en día por la calle. Claro que sabía que iban a estar presentes en las noticias, pero nunca cerca de mis amigos...
Todo empezó un fin de semana en mi pueblo, era sábado 27 de agosto y todas las cuadrillas salían a divertirse a la calle. Salí de casa rumbo a el parque Santa Catalina, el punto de queda de todos los findes. A medida que pasaba el tiempo los demás iban viniendo hasta que solo faltaba Elena, una chica que bueno, no era rara, pero a veces la falta de palabras o de expresiones en la cara la hacían siniestra, pero también era alegre y divertida.
El caso es que no aparecía y tampoco cogía el teléfono, no le dimos importancia, su móvil podía estar apagado y ella castigada perfectamente, asi que dejamos el tema.
Caminamos a la fuente para beber agua ya que hacía mucho calor, la gracia de tener gente inteligente en el grupo hizo que acabásemos empapados de arriba abajo, eso si, nos vengamos, los chicos creen que no sabemos comprar globos de agua y lanzarlos... Asi que quedamos en tregua hasta la siguiente vez que pasásemos por la fuente. Dimos una vuelta para que se nos secara el agua de la ropa, vimos un cartel que ponía:
-LA TIENDA QUE TANTO NOS GUSTA, 'GOLOSINAS DE AMELIA', CERRARÁ HOY DESPUÉS DE TANTOS AÑOS CON ELLA. GRACIAS POR TODO AMELIA.
Amelia era como una segunda madre para nosotros, pero sobre todo para mi, ami me atendía siempre, le pedía ayuda o cualquier cosa entre tantos llantos de niños pequeños a su lado y siempre era yo la primera a la que atendía, no se separaba de mi y me cuidaba como si fuera su propia hija, incluso mejor. Amelia se jubilaba y nos daba mucha pena a todos, yo me fui corriendo hacia su tienda y ellos me seguían sin saber muy bien por qué. Llegué alfin a la tienda y estaba Amelia sentada mirando con tristeza una foto, nose cual, no la veía desde la puerta, el caso es que en esa tienda se respiraba tristeza, melancolía y mucho, mucho dolor.
Me acerqué y cuando me vio cambió totalmente su cara de tristeza a la de alegría, le sonreí. Normalmente en esta situación haría mil preguntas pero todos sabíamos las respuestas, a Amelia se le acumulaban los años, las enfermedades y los recuerdos...
Me separé de la mesa y me di una vuelta por la tienda, en cada lado, esquina, pared, golosina, veía una historia, un momento, un sentimiento de Amelia y yo. Contemplé en la pared un dibujo mío de hace algunos años, aproximadamente 12 años, se lo hice después de haber superado una enfermedad, cáncer, pero Amelia se recuperó lentamente de aquel sufrimiento. Mis amigos me decían que si íbamos a dar una vuelta y no les contesté, estaba recordando los momentos que se veían reflejados en las fotos del corcho, en casitodas estábamos Amelia y yo juntas; unas con chupete, otras con el biberón, otras andando, otras dibujando y otras aprendiendo...
La mayor parte de mi vida la pasaba con ella asi que la tenía mucho aprecio a aquella anciana.
Me volví y miré hacia la salida, me acordaba de la primera vez que entré por esa puerta, apenas tenía 4 años y ya sabía saludar en condiciones, parecía que fue ayer cuando mi canguro era Amelia, lo pasaba genial. Fue el momento de mirar a Amelia a los ojos y transmitirle con la mirada esos 15 minutos de recuerdos a ella, más una propuesta: si lloro consuélame.
En aquel momento tan tierno, mis ojos se empaparon y cuando pestañeé ya había soltado más de 5 lágrimas que dejaban marca en mis mejillas. Amelia me hizo un gesto de bienvenida a sus rodillas y me senté, la abracé y me pasó la mano por el pelo suavemente, yo lloraba sin cesar y ella sonreía como si no pasara nada, ella comenzó la conversación después de media hora en silencio absoluto:
- Y pensar que te me has echo mayor... Ya ni me acordaba de como llorabas, de como me mirabas, de como recordabas, de como sentías...
Yo deje de abrazarla y la miré, no me podía creer que la iba a perder para siempre... Había una cosa que no entendía, si le encantan los niños y los cuida a todos como si fueran suyos, ¿por qué nunca a tenido uno? Nose si era el momento, yo creo que sí, asi que se lo pregunté, ella me contestó:
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Una vida por delante
RandomEsta historia trata de una chica que refrexiona sobre la muerte de las personas más cercanas y cómo afecta a aquellos que estaban a su alrededor y a ella.