¿Por dónde puedo comenzar?
Yo creo que todo empieza por Vivian, ella era media hermana de mi padre, casi mi misma edad a diferencia de que era 2 años mayor que yo, a mi padre no le gustaba que yo me llevara con ella, cuando mis padres se divorciaron –O en otras palabras mi padre engañó a mi madre- yo comencé a hablar con ella, con el tiempo nos hicimos inseparables y para la edad de 14 ella ya tendría 16, nunca había salido de noche sin que mi madre supiera y estaba sumamente nerviosa en casa de mis abuelos
-¿Y si alguien que mi madre conoce le llegara a contar y fuera a descubrir que salí?- Dije mientras me cambiaba, Vivian por otro lado estaba pintándose en el espejo de el cuarto, usaba un vestido gris con negro y unas botas nuevas que había encargado por internet.
-Mira Harriet, si no quieres ir no hay problema pero yo no puedo faltar así que si quieres quédate aquí y ya-Dijo fastidiada, puedo ser irritable en veces pero enserio estaba muy preocupada de que mi mamá se enterara.
-No no, no es eso solo-
-No hay nada de qué preocuparse, tampoco es como que vayan muchos adultos- Interrumpió
-¿Y por qué no hay tantos si es un bar nocturno? Pensé que lo que habría de menos son los menores de edad allí
-Tú con tus cosas, y yo con las mías- Soltó simplemente, Vivian cuando se lo proponía podía ser alguien muy misteriosa, y quizá y yo no era de confianza para saber qué cosas ocultaba exactamente.
Mi abuela nos hizo el favor de llevarnos hasta cerca del club y nosotras nos idearíamos como íbamos a volver después, era un lugar enorme, como era de esperarse, con unas letras color neón que decían 'Casillas Club' y con una entrada de vidrio en la que se encontraba un guardia enorme, y por su puesto muchísima fila por delante, según Vivian, los hermanos Casillas eran muy famosos por desperdiciar el dinero en cualquier cosa que se les diera la gana y una de esas cosas fue hacer el famoso Club que era algo reconocido entre la gente.
Estaba a punto de ir hasta el final de la fila cuando Vivian me llevó del brazo hasta enfrente, evadiendo la fila. Antes de que el guardia dijera algo ella enseñó una tarjeta al guardia, no sabía qué decía exactamente pero el guardia solo abrió la puerta dejando pasar a Vivian, yo iba siguiéndole el paso cuando el guardia me detuvo a mí.
-Si no tienes algún pase no puedes pasar- Dijo en un tono sombrío, le hice señas a Vivian y ella furiosa regreso a la puerta por mí.
-¿Y por qué no la dejas pasar? Es una invitada mía- Dijo con simpleza
-Si ella no tiene algún pase no puede pasar, esas son las reglas-
-Mira- Dijo ella recargándose en el marco de la entrada- No sé a qué tipo de reglas necesites obedecer pero no creo que a André le guste saber que alguien molesta a la invitada de una de sus chicas así que no creo que te necesites complicar tanto las cosas y dejarla pasar.
El guardia se la pensó un poco antes de dejarme entrar pero finalmente se aparto de la entrada dejándome entrar, al principio era un pasillo con un tapizado rojo y al final una puerta café, cuando Vivian la abrió se escucho todo el sonido de adentro, no me había percatado que afuera no se escuchaba casi nada en comparación al ruido de adentro, todo era obscuro y brillante a la vez, difícil de explicar, con la poca luz se distinguía las paredes obscuras y con los bordes llenos de luces que medio iluminaban el sitio, por supuesto el DJ en la esquina repleto por muchos amplificadores y una barra libre después de él, había escaleras hasta arriba donde había mesas y sillas donde la gente de arriba miraba a los que bailaban abajo. Vivian saludo a miles de personas y charlaba con casi todo el que se cruzaba en su camino, me arrastro hasta arriba hasta llegar a una mesa desocupada, que dejaba ver la vista al centro en la parte de atrás del club, el lugar en absoluto era enorme y asombroso, me percate después de que Vivian se estaba alejando entre las personas, la seguí con la vista como pasaba entre toda la gente hasta una esquina algo obscura donde había una puerta negra que se escondía perfectamente con la pared en donde ella entro asegurándose que nadie la viera, o bueno, casi nadie.
Cuando miraba hacia abajo veía a muchas personas, la mayoría les calculo entre 16-20 años, no esperaba que fuera cierto que era un bar donde dejaran entrar a menores de edad, poco a poco reconocí varias caras, muchos de mi escuela estaban aquí, aunque ninguno de ellos era algún amigo mío o alguien con quien hablara. Comencé a sentir tristeza, un profundo dolor por qué no sentía que encajaba con los demás, algo me gritaba que no pertenecía a aquí y que debería largarme.
Busque me levante de la mesa en la que estaba y pasé entre las personas que pasaban hasta llegar a la puerta por la que Vivian había entrado, nadie notaba el hecho que había una puerta y algo me decía que yo no debí de haberla visto. Jale una pequeña manija de la puerta y lentamente la abrí, había un pasillo obscuro color naranja, con una puerta a lo último que dejaba ver luz y se escuchaban voces. Entré rápido porque no quería que nadie más viera que entre por allí, seguí el pasillo hasta la puerta y asome un poco la cabeza. Era una sala de estar enorme, había muchísimas cajas atrás que no se notaban tanto por la poca iluminación que había en ese lugar, seguido de un poco de música que en mi opinión eran muy buenas canciones, había una barra de bebidas con algunas luces y en medio un sillón de piel negro enorme en forma circular, una mesa enorme en medio del sillón donde había varios jugando cartas, estaban varios tipos algo bien vestidos acompañados de varias niñas –Y si, debo decir niñas porque de 18 en adelante no veo a ninguna- y entre ellas estaba Vivian, estaba agachada y no veía lo que hacía porque su pelo la tapaba. Me percaté de que había un televisor enorme que dejaba ver por las cámaras todos los sitios del bar... Incluyendo donde estaba parada ahora mismo.
-Creo que nuestra invitada no sabe presentarse apropiadamente- Soltó uno de los chicos, me aleje torpemente hasta chocar con la otra pared del pastillo.
Uno de los chicos salió por el marco de la puerta y me tomó del brazo jalando me hacia dentro de la sala, yo trataba de zafarme de su agarre pero era inútil, era un enclenque mientras que el chico, de unos 17, era musculosamente enorme. Me soltó y yo solo me recargue cerca de la puerta esperando que la tierra me tragara, todos me miraban excepto Vivian hasta que miré lo que hacía, la chica estúpidamente aspiraba ese pequeño polvo que caía por su nariz evitando que callera con su dedo meñique, no creo que haya caído en cuenta que era yo hasta después de unos momentos, quedó completamente paralizada y su piel se tornaba pálida, como si hubiera visto un fantasma.
-¿Ha-Harriet?- Se veía el terror y la confusión en su mirada, algo me gritaba que no debí haber entrado.
ESTÁS LEYENDO
Harriet At The Edge
RandomOh, pobre e ingenua Harriet ¿Es que nunca aprendes? ¿Es que nunca entenderás que no se puede confíar en todo mundo? Por que la gente a veces es mierda, incluso personas cercanas a ti pueden ser mierda, hasta la gente que creías conocer por años pue...