Capitulo 31

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-Lucy...¿Lucy? ¡Lucy! - La voz que al principio se escuchaba muy a lo lejos, ahora había logrado volver mi atención al planeta Tierra.

-¿Si?- Pregunté tratando de enfocarme en él.

-Has estado todo este tiempo muy extraña. ¿Puedes decirme que ocurre?- Inquirió frenando el coche a un costado de la carretera que nos llevaba hacia algún lugar desconocido. Bueno, desconocido para mi, ya que Ethan era el que había planeado toda esta salida.

-Nada.- Me limité a contestar sin mirarlo. Sabía que me derrumbaría si lo hacía.

-Has llegado a mi casa con menos ánimos que no se qué y todo el viaje, que por cierto ya llevamos casi 40 minutos, has estado completamente callada. ¿Acaso tienes miedo de que tus papás lo descubran? ¿Quieres que volvamos?- Negué con la cabeza.- ¿Podrías mirarme aunque sea?- No quería hacerlo. No podía. Respiré hondo disimuladamente. Junté el valor para mirarlo a los ojos. Y lo hice, sin poder evitar que una lágrima corriera por mi mejilla.- Hey, ¿por qué lloras? ¿qué esta pasando?- Podía notar preocupación en su voz.

-Me voy, Ethan.- Él solo me miraba sin entender.- Me voy para siempre.

-¡No!- Me desperté gritando sobresaltada en mi cama. Sudor frió corría por mi frente y mi corazón estaba demasiado acelerado. Sentía una ganas inmensas de llorar en este momento. Maldita pesadilla. Había sido todo muy real. Demasiado.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Ocurre algo?- Un Adam algo desordenado entró corriendo a mi habitación.

-Estoy bien...Solo fue una pesadilla.- Suspiré pesadamente mientras me levantaba de la cama.

-Pues si que la noticia te ha afectado mucho.- No sabía si estaba diciéndolo en serio o en forma de burla.- No me imagino lo que te pasaría si de verdad nos tendríamos que ir del pueblo.- Dijo recargándose en mi puerta.

Flashback

-Bien...La noticia es que...resulta que a su padre le han ofrecido un trabajo en Prittel Hills, seguramente lo conocerán, es un pueblo cercano...- Una lágrima rodó por mi mejilla involuntariamente luego de que el vaso que sostenía se resbalara de mis manos cayendo sobre la mesa con un fuerte sonido.

-Oh, cariño, ¿qué pasa?- Seguía escuchando a mi madre hablar. El sonido del vaso estrellándose contra la madera maciza había llamado la atención de varias personas a nuestro alrededor. Mi pecho se llenó de angustia en menos de un segundo. Mire a Adam que todavía mantenía su compostura pero podía notar que se encontraba casi tan afectado como yo.

-¿Nos vamos? No nos pueden alejar de todo, aquí esta nuestra vida.- Mi hermano habló diciendo exactamente las mismas palabras que yo quería decir, pero que por algún motivo no podía. ¿Han sentido ganas de tirar cualquier cosa que tenían a su alrededor porque era muy injusto lo que les estaba pasando? Bueno, así me sentía yo en este momento.

-Yo...no, no puedo irme, no.- Fue lo único que mi boca logró articular. Estaba como en un trance en el que no podía comportarme de una forma normal.

-Chicos, esperen. Están tomando esto de forma demasiada apresurada. No nos iremos a ningún lado.- Entonces como si un balde de agua fría cayera sobre mi cabeza, volví a entrar en razón ante las palabras de papá.

-Pero...tu acabas de decir que...-Hablé pero fui interrumpida por mi madre.

-Si, pero no nos dejaron terminar. A tu padre le ofrecieron un trabajo en Prittel Hills, pero no ha aceptado. Dijo que su vida, así como la de sus hijos estaba en este pueblo y que no podría irse así como si nada. Igualmente, como el director insistía con el increíble desempeño de su padre, lo han ascendido en el hospital de aquí. Esa era la...maravillosa noticia que queríamos darles.- Al escuchar todo eso no sabía si reír o llorar. Me sentía tonta y avergonzada adelante de todo el restaurant. Adam por su parte comenzó a reír y yo...yo solo me limité a decir una palabra mientras deseaba que la tierra me tragara.

ProfessorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora