The Little Things

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(Créditos al creador de la imagen de multimedia: http://jennilah.tumblr.com/)

Sam x Lector

Palabras: 4225

Advertencias: Ternura máxima

Plot: No encuentras a Sam por ningún lado luego de volver de un viaje a la tienda, pero te encuentras con una pequeña sorpresa.

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"¿Alguien puede ayudarme con las compras?" Gritaste.

Silencio. Suspiraste pensando en donde los chicos podrían posiblemente estar. Dean estaba probablemente dormido en el sillón con un par de botellas a su lado y Sam...Bueno, él podría estar en cualquier parte.

Dejaste las bolsas en la encimera de la cocina para que ellos las encontraran después. Hiciste las compras, guardar ya no era tu responsabilidad. Además, estabas agotada.

"Dios mío, necesito una ducha." Contrajiste tus músculos, liberando un poco la pesadez sobre tus hombros.

Ibas a un paso vago por el pasillo hacia tu habitación, sacándote la chaqueta en el camino. Para el momento en que estabas en tu habitación ya estabas prácticamente en tu ropa interior. Cerraste la puerta para luego tirar tu ropa desordenadamente sobre tu cama.

Inhalaste profundamente y dejaste el aire escapar de tus pulmones, aclarando tu mente de las preocupaciones. El caso no llegaba a ninguna parte, días de investigación para sólo encontrar información inútil; te estabas volviendo loca.

Fuiste sacada de tus pensamientos por unos pesados pasos por el pasillo, pasos muy pesados y lentos.

"T/N ¿estás ahí?" La voz venía del otro lado de la puerta.

Era Dean, un Dean con una fuerte resaca, voz ronca y una jaqueca insoportable.

"Estoy aquí ¿qué pasa?"

"¿Me compraste el Pie que te pedí?"

"Creo que sí, debería de estar en las bolsas de compra. ¡Ah! Hablando de esas, ¿por qué no desempa..."

Antes de que pudieses terminar, escuchaste a Dean dirigirse a la cocina por su Pie, esta vez con un paso más rápido, algo urgido. Éste hombre sí que no piensa en nada más que comida.

"Lo que sea." Susurraste para ti misma.

Te dirigías al baño cuando escuchas un pequeño click a tus espaldas. Te congelaste donde mismo.

"Por favor que no sea un arma."

Te comenzaste a dar la vuelta lentamente, pensando que tu pistola estaba a apenas pasos de ti, tendida junto a tus pantalones que reposaban en tu cama. Una vez dada vuelta viste que estabas sola en tu habitación, sin arma, sin invasor, nada.

Extrañada, miraste a tu alrededor, como esperando de que alguien - o algo - saliera de la nada a atacarte. No notaste nada, aparte de tu lámpara del escritorio que estaba encendida.

"La debí haber dejado encendida antes de salir." Dijiste acercándote al escritorio para apagarla.

Antes de que pudieras llegar al mesón con hojas desparramadas por todas partes que hacías llamar escritorio, la luz de la lámpara se apagó por su propia cuenta.

"¿Qué demoni...?"

Te quedaste mirando la bombilla apagada, como si esta pudiese darte respuestas. Claramente no podía, pero algo proveniente del piso si podía dártelas.

Sam Winchester One Shots/ImaginesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora