Datos trascendentales

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La cuestión empezó como casi todas las bombas que estallaban dentro de la inestable tranquilidad del grupo. Es decir, en medio de un descanso en el estudio de baile.

Tirados sobre la duela, como cadáveres en medio de la calle, Jimin y V esperaban recuperar sus ganas de levantarse. Recargado contra el espejo, Jin hacía gestos ridículos mientras se fotografiaba, a su lado JungKook le miraba divertido. Rap Monster bebía agua de una botella prácticamente vacía en el otro extremo de la habitación, rogando por estar en cualquier otra parte menos ahí. Suga... bueno, el chico se limitaba a respirar como un bulto junto a la puerta.

—¡Eh, chicos! —llamó J-Hope, arrodillándose junto a V.

—Ahora no, Hope. Solo ahora no —se quejó Rap Mon. Sintiendo su instinto materno decirle que el rapero saldría con alguna barbaridad.

O una estupidez, con J-Hope era difícil distinguir ambas cosas. HoSeok era así, todo un chico alegre, prudente y un tanto serio... hasta que el agotamiento lo tocaba. Entonces todos sufrían. El HoSeok de después de un exhaustivo día de práctica, de un concierto, o de lo que fuera, era un chico desinhibido y desvergonzado que salía con cosas random, como si intentara aferrarse a cualquier cosa antes de rendirse en los brazos de Morfeo. Igual y ese era su modo de no enloquecer bajo la presión.

—¡Pero si todavía no he dicho nada! —se quejó, sentándose como un jefe indio, y jugueteando con las mejillas de TaeHyung.

—Pero vas a hacerlo — intervino Jimin.

—Es que es interesante — se excusó JHope.

Jin bajó el celular, con un dramático suspiro de por medio. JungKook le hizo un gesto con la cabeza, señalando al grupo en general. Cuando HoSeok colapsaba era V quien se encargaba de evitar la guerra, pero con lo cansado que lucía, el —dudoso— honorable título de héroe pasaba a SeokJin, el mayor del grupo y quien, por más infantil que fuera, siempre lograba hacer que todos convivieran en armonía. Y que no se mataran entre sí.

—¿Es necesario que lo sepamos, Ho? — intervino Jin.

—Pues yo considero que sí. Es conocimiento que debería ser universal.

—¿Alguien intentara matarte después de que lo digas? — preguntó un entusiasta Jimin, ya sentándose e imitando la pose de su amigo.

—Uhh — JHope dudó un momento, paseando la vista entre sus amigos, y deteniéndose escabrosamente en JungKook. El maknae se arrimó más junto a Jin. Repentinamente sentía que algo malo iba a pasarle muy prontamente —. A lo mejor uno...

—Entonces suéltalo — lo alentó Jimin.

—Jin no puedes defender a Hobi si lo que dice es una estupidez — ordenó como el buen líder que era RM. Ya más interesado de lo que admitiría jamás. Jin asintió con la cabeza, aprovechando para abrazar al más joven.

Cuando J-Hope supo que tenía la atención de sus amigos, se aclaró la garganta, carraspeando por si Suga estaba dormido. El rapero podía quedarse dormido donde fuera y como fuera. Una habilidad un poco envidiable. En respuesta Suga gruñó.

—¿Sabían que el tamaño del pene es directamente proporcional al tamaño de la nariz?

RM se llevó una mano a la boca, evitando escupir el trago de agua que acababa de tomar. Jimin inconscientemente se llevó las manos al rostro, palpándose la nariz. Suga, que era mucho más discreto, buscó mirarse en el espejo que ocupaba toda una pared, moviendo sutilmente la cabeza para ver su mejor ángulo. V abrió los ojos, clavándolos con intensidad en el rostro de J-Hope, luego mirando de reojo el bulto que estaba a centímetros de su rostro. Jin fue el único en soltar una risita nerviosa, conteniéndose apenas de tocarse o de mirarse en el espejo, tenía su rostro muy bien estudiado como para estar seguro de que lo más grande en su cara eran sus labios, esponjosos y rosas.

¿Sabías qué...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora