Oclusivo | ChanBaek

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El castaño lleva sentado en la mesa del comedor cuatro horas, ChanYeol no entendía cómo podía estar sentado tanto tiempo sin fastidiarse, hasta que obtuvo la respuesta bajando la mirada por su espalda hasta ese trasero firme y carnoso de su novio. En otra ocasión, el más alto hubiese tomado ahí mismo a BaekHyun, pero sabía lo mucho que significaba el examen del día siguiente para el más pequeño, pues Fonética y Fonología no era su fuerte.

Ambos estudiaban Filología y parte de su formación era estudiar esa rama de la lingüística que estudia la producción del sonido y su función en la lengua y el habla. Sin embargo, para ChanYeol era pan comido, mientras que para el más pequeño resultaba toda una osadía.

"¿Quién va a querer escribir el sonido, Yeol?", le preguntaba después de cada clase su novio y el más alto sólo se limitaba a encogerse de hombros y responder lo de siempre: "No sólo escribimos el sonido, Baek. Recuerda que esta materia nos puede ayudar a enseñarles nuestro idioma a los extranjeros, ¿no querías ser profesor?". Aquello bastaba para calmar la furia con patas en la que se había convertido el castaño, pero la escena se repetía cada martes y jueves.

BaekHyun podía sentir los ojos oscuros de su novio sobre su cuerpo, y no le estaba ayudando en nada a su escasa concentración.

—Yeol...—gimoteó mirándolo sobre su hombro con un puchero encantador que logró que la manzana de Adán de ChanYeol subiera y bajara de forma lenta y pesada—. Ya no puedo más, no logro aprenderme los alófonos de las vocales.

El pelinegro sonrió de lado intentando, en vano, ocultar su diversión, sin embargo, se recompuso antes de soltar un suspiro acomodándose más en el sofá de su sala.

—¿Qué quieres que haga?

—¡AYÚDAME JODIDO POSTE CON PATAS! —sabía que esa no era la mejor manera de pedírselo a su novio, pero él no podía creer que ChanYeol tuviese esa memoria fotográfica que le dejaba más tiempo libre que a él.

Bastaron dos segundos.

Dos largos segundos que BaekHyun se perdió en esos ojos oscuros que lo miraban debajo de unas cejas alzadas. Observó con atención la forma en la que la lengua de ChanYeol se paseó por su labio superior y su corazón comenzó a latir de forma apresurada.

—Baek...Baek...Baek —cada vez que decía su nombre avanzaba un paso y el más pequeño se olvidó de cómo pasar la saliva cuando su novio se acercó con toda su altura hasta pegarse en el respaldo de la silla en la que él estaba sentado. La voz de ChanYeol sonaba tan grave que le erizó los vellos de la nuca en un santiamén—. Las vocales no están tan difíciles, se repiten los alófonos en casi todas, ya verás cómo te das cuenta de ello...

Una de esas grandes manos que él adoraba se paseó por su cuello, acariciando con su pulgar el vello de su nuca, peinando el poco cabello hacia arriba, bajando por su espalda como si quisiera trazar toda la línea hasta su entrada.

—Yeol, necesito estudiar... —el tono de su novio delataba su frustración y quizá por eso el más alto no paró.

—Shhh, te voy a enseñar cuando una a es abierta y cuando una o es cerrada.

Los ojos de BaekHyun se abrieron sin mesura cuando su novio lo cargó como a un bebé, aquellas grandes manos lo alzaron de la silla por debajo de las axilas, sin esfuerzo, como si él pesara menos que una pluma.

Fueron segundos, como siempre que ellos intimaban, los que tardó en estar con la mejilla derecha pegada a la lisa pared melocotón de su piso compartido. El órgano más flexible de ChanYeol se apoderó de su cuello mientras esas habilidosas manos le bajaban el bóxer que llevaba para andar en casa.

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