Me levanto y miro la hora. ¡Joder, es tardísimo! me pregunto porque razón la mujer que me trajo al mundo no me ha despertado hoy. Voy corriendo a la ducha y cuando salgo me pongo lo primero que pillo. Mientras voy bajando las escaleras me recuerdo mentalmente que hoy tengo una reunión muy importante y que debería ir a la peluquería y mejorar un poco mi aspecto si quiero causar buena impresión. Cuando llego a la cocina no veo a mi madre como cada mañana preparando el desayuno o a mi abuelo leyendo el periódico del día. Supongo que estarán durmiendo pero no me da mucho tiempo a especular ya que me fijo de nuevo en la hora y faltan menos de cinco minutos para que el autobús se valla. Salgo como alma que lleva el diablo y me pongo a correr hacia la parada de autobús.
Mientras corro, siento un sentimiento extraño, no se si es debido a que no hay nadie en calle como de costumbre o porque me siento vigilada. Cuando diviso la parada del autobús me doy cuenta que no está mi compañera de trabajo esperándome como todos los días, por lo que decido llamarla mientras llega el autobús. A la quinta llamada que le hago me rindo, ¿ todo el mundo se ha puesto de acuerdo hoy para quedarse dormido o qué?
De repente, oigo un ruido proveniente de mi espalda y no se si girarme a comprobar si se trata de alguien o solo ha sido el viento moviendo algo. Cuando lo vuelvo a oír, me levanto de golpe y veo una sombra observándome desde detrás de un árbol. Nos quedamos mirando por lo que parecen horas por lo que me permito observarlo como él lo hace conmigo. Parece ser un hombre de mi misma edad o incluso un poco más mayor. Va vestido completamente de negro y va encapuchado por lo que solo puedo ver sus ojos azules mirándome fijamente. Estoy tan hipnotizada en su mirada que no me doy cuenta de que hay alguien más a mi lado hasta que no siento el frío metálico de una pistola en mi cabeza.
-¿Quién eres?- Me pregunta el hombre que está a mi lado. Por su voz puedo decir que está entrando a la etapa de la vejez. Me vuelve a preguntar quién soy pero yo me siento incapaz de contestar, el miedo no me lo permite. Observo al otro hombre escondido detrás del árbol y le pido ayuda con la mirada, sin embargo éste me sonríe y gesticula con los labios un "Lo siento guapa, suerte" y desaparece. Será hijo de...
-Como no me respondas, te voy a meter un balazo en la cabeza, y yo lo que digo lo cumplo.
-Soy Amelia.- Me sorprendo al contestar firmemente.
-Bien Amelia, me puedes explicar por qué estás aquí y no con los demás.
-No entiendo a lo que te refieres, yo solo me dirigía a mi trabajo y has aparecido de la nada con una pistola.
-Ohhh, ya veo. No tienes ni la más mínima idea de lo que esta sucediendo ¿ verdad?.
-No se lo que quieres decir yo solo...
De golpe, se oye un ruido estrépito muy cerca mía lo que me hace agacharme y llevarme las manos a la cabeza mientras lloro silenciosamente. Oigo el cuerpo del hombre que estaba a mi lado caer al suelo y empieza a formarse un charco de sangre . Alguien le ha disparado. Ese alguien se acerca y se agacha a mi lado.
-Mírame- Me ordena. Sin embargo no puedo, estoy en shock. Al ver que no lo voy ha hacer me coge del mentón y me hace clavar mi pupila con la suya. ¿Él, el mismo hombre de antes? Mi mirada de confusión le debe hacer gracia ya que empieza a reírse.- Eres muy graciosa, ¿lo sabías?- Dice mientras me mira fijamente y en un momento de valentía le pregunto como se llama.
-Ethan cariño, encantado de conocerte.

ESTÁS LEYENDO
Dos Mitades.
Science FictionAmelia es una chica trabajadora, sumergida en su trabajo debido a la dependencia de su familia hacia ella. Un día aparentemente normal se da cuenta de una cosa extraordinaria. No hay nadie. Se encuentra sola, o eso es lo que ella cree. ¿Qué ocurre c...