Un camino, no se trata de una calle, de cruzar un asfalto, una vereda, andar en bici o en auto, en barco o en avión, en moto o en micro, no, un camino se trata de cruzar momentos, porque para llegar a un momento, tuviste que cruzar camino, y para llegar a un camino tuviste que cruzar infinitos momentos.
Un segundo, es un momento, puede ser un momento importante, o no, pero sigue siendo un momento.
Hay caminos buenos, o malos, alegres y coloridos, seguros de pisar, o amargos y oscuros, que te obligan a cruzarlos asustado, con miedo, pero esos caminos te sirven para algo, siempre, para aprender, para seguir adelante, para ser mas fuertes o valientes.
La magia de los caminos es que nunca se acaban, son infinitos.
Y nunca vas a frenar en un camino, porque él no te lo va a permitir, y si frenas es para ver si vas adelante, a la derecha, a la izquierda, o si retrocedes, pero nunca vas a parar por siempre, porque aunque no te des cuenta, siempre seguís caminando.
A veces te dan ganas de quedarte en el camino en el que estas, o estabas, pero no se puede porque si no, nunca avansarias y de eso se trata un camino, de avanzar.
Para llegar a donde estamos en este momento, cruzamos infinitos caminos y momentos, y de seguro, cuando eras chiquita/o, nunca te imaginaste este futuro, porque el camino te sorprendió, esa es otra magia.
Lo que sigue después de un camino, es mas camino.
Date vuelta, ¿que ves? Camino.