Un favor

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-Taeyeon, ¿Puedes por favor ir a la biblioteca a sacar algunos diccionarios para continuar la clase?

Asentí a mi profesora con toda mi atención en sus palabras para luego levantarme a tomar el pase y salir del aula; la verdad es que me encantaban este tipo de favores, el patio de la escuela que tenía que atravesar para llegar a cualquier lugar en hora clase era tan silencioso y perfectamente fresco como para no ser disfrutado.

Llegando recorrí los estantes entre ese olor maravilloso a libro viejo en busca de lo que necesitaba encontrar; una alumna que hacía algún tipo de trabajo en una mesa cercana me seguía los pasos con una mirada divertida que mi vista periférica logro captar, incomodándome y en intención de solución, fue darle lo mismo pero en un punto más obvio, nuestros ojos se encontraron en una mirada simple pero con reacción de mandar corrientes eléctricas por todo mi cuerpo debajo de la piel, ella había sonreído acción que no pude tomar la reacción adecuada, era bonita, muy bonita.

-Tal vez lo que desees no está ahí...-Apunto con su pluma lo que hacía delante de mí.-Aquí atrás hay más...-El artefacto dirigía su punta ahora hacía atrás de ella por un poco arriba encima de su hombro.

-G-Gracias...-Dude un poco en mis pasos pero en unos cuantos llegue al otro extremo.

-¿Y qué es lo que buscas?-Mis ojos estaban en su espalda, ella no dejaba de escribir mientras estaba en espera de una respuesta.

-Diccionarios...

-¿Para qué clase?

-Español...

Sus movimientos al tratar de levantarse del asiento hicieron poco ruido, sus pasos en dirección hacia mi eran para entregarme algo, que puso encima de la pequeña pila de libros que cargaba con ambas manos.

-Nunca son suficientes, este es mío, te lo prestaré en especial a ti......es gracioso.-Sonrió exhalando.-En él hay muchas palabras que no puedo decir...

-Tal vez por su pronunciación es difícil...

-No...-Río negando divertida.-Sólo, no pueden ser dichas entre mis labios por distintas razones...-Bajo su mirada al suelo triste.

-Creó entenderte......

-Están tan al alcance de mi mano pero difícil de tomar las adecuadas, mi tacto siente su aura pero no lo firme que pueden ser...

-Dilema, querer y no poder, poder y no querer......

-Exacto.-Nos volvimos a encontrar y era acompañada por su sonrisa.

-No olvides de devolvérmelo...

-Lo cuidaré bien, gracias...

Avance unos pasos dudosa de que me detendría, pero me dejo seguir.

Tuve que también al llegar ayudar a repartir, cuando estuve sin ninguna molestia cómoda en mi banco para empezar a trabajar, me di cuenta de que aquello no era un diccionario que guardaba las explicación sobre un millón de palabras, si no palabras que daban millones de explicaciones hacía un sentimiento sincero dirigido a alguien especial, pues relataba al comienzo algo así:

¿Qué te digo si cuando te miro mi mundo se detiene?

Que cuando te vi por primera vez no pude decir nada por la razón simple que me dejaste sin aliento de pronunciar algo.

Cerré de inmediato, me sentía algo mal por invadir la privacidad de aquella chica, tal vez se equivocó al querer darme el libro correcto, mire la etiqueta para saber a dónde se tenía que entregar.

Stephanie Hwang–Favor de no abrrir.

La primera vez fue sin querer pero ahora necesitaba más información que un nombre, siendo que volviera a pasar la pasta, había algo más escrito en ella además de las palabras conmovedoras en la primera página.

Si es que has llegado hasta aquí, es porque eres alguien que le agrada romper las reglas, por lo que por favor no sigas adelante, yo nunca prestó esta libreta desde mis propias manos por lo que lo más probable es que la hayas encontrado en algún lugar olvidada en donde seguro me detuve a plasmar viendo el vacío hermoso paisaje o pensando en el silenciosos ambiente, te pediré un favor, el que si yo, Stephanie Hwang, no te la entregué por mi cuenta, al tener tanta cobardía necesito que se la des a alguien más, comienza tú búsqueda en la escuela de Seúl #05, preguntando por Kim Tae Yeon, al entregarla lleva estas palabras en tú boca, "Palabras que no pueden ser dichas han sido plasmadas", dale una cálida sonrisa, se mi cupido y después de eso solo desaparece como el viento.

Estaba tan extrañada, me sentía rara y no sabía qué hacer.

Confesión de papel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora