XLIII (capítulo narrado)

473 22 0
                                    

Sobre las 8, me pongo el vestido, es blanco, de tirantas, ajustado al cuerpo y me llega por la mital del muslo.

Me maquillo, me peino y me pongo unos tacones negros.

Cojo mis cosas y suspiro. Quiero perdonar a Lucho, pero mi maldito orgullo no me deja.

Salgo de la habitación y efectivamente, hay una limusiona.

-¿Madame Griezmann?

-Oui, c'est moi.

Me indica que monte y le obedezco.

Llegamos a un restaurante, es carísimo, muy lujoso y con vistas a la playa. Entro dentro y ahí está Luciano.

-Menos mal, no entiendo lo que dicen los camareros.

Río a carcajadas, Lucho con el francés es un caso perdido.

Me siento y el camarero trae champán.

-Y ahora, Alejandra me vas a escuchar, sí o sí.

-Que quieeeres.

-Yo te amo a ti y ella me besó, te lo juro que no la correspondí.

-¿Y?

-¿Cómo que y?

-Que quieres que haga.

-Que me perdones.

-No sé.

Terminamos de comer y él me agarra del brazo.

Me guía hasta la playa. Yo me suelto de su agarre y me doy la vuelta, dándole la espalda.

Escucho un golpe fuerte y me giro rápidamente.

Está tirado en la arena y mirando al suelo.

Lo conozco y sé que está llorando.

-Se acabó todo Alejandra. Que seas feliz con otro y que tengas lo que siempre has soñado: una familia. Te dije que si no te convencía, me marcharía de tu vida, así que eso es lo que voy a hacer, pero que sepas que te sigo amando como el primer día.

Él se va corriendo y siento que algo se me derrumba.

No, no puedo dejar que mi orgullo le gane a mis sentimientos.

Me quito los tacones y voy corriendo tras de él.

Soy rápida, pero si sumas mi vestido que no me deja correr mucho y que voy descalza...

Le veo, va a salir de la playa, pero hago un sprint y me tiro sobre él, haciendo que ambos nos caigamos sobre la arena.

Él se gira y me mira sorprendido.

-¿Alejandra? Te he dicho de que ya no lo...- le beso en los labios antes de que diga una palabra más.

Cuando me separo de él, se queda sin habla.

-Pero si, tu no me...

-Oh, callate ya- le corto y le vuelvo a besar, beso que es correspondido.

Nos separamos y nos ponemos de pie.

-¿Me perdonas?

-Te he besado por gusto, es que me encantan tus labios y como besas, ¿sabes? Pues claro que te perdono, no puedo vivir sin ti mi amor.

Él sonríe y me eleva dando vueltas.

-Te amo, te amo, te amo- repite mientras me da vueltas.

Me baja, llegamos a la zona de las duchas y allí nos quitamos la arena.

Volvemos al hotel, abrazados y felices. Y en mi habitación hicimos cosas no aptas para menores, lo que sí os puedo decir, es que la cama acabó con arena que no pudimos quitar en la playa para no quedarnos medio desnudos.

Instagram (Luciano Vietto) ||Wattys 2016||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora