04•Carl el flash•

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—Ya sam, quédate quieta.—Dave estaba en mi cama junto a Charlie mientras yo estaba que caminaba por las paredes.

— ¿Qué me calme? ¡Ese hijo de puta no me ha dejado entrar al equipo!—Estoy más que frustrada, por su culpa estaba en el equipo de porristas. El problema no era la típica puta que te hacia la vida imposible, no, ¡el problema era yo!, soy una puta arrítmica.

—Podemos pensar en alguna broma o algo Sam.—Charlie trataba de calmarme pero yo caminaba de un lado al otro ideando un plan para entrar al equipo.

—Yo no hago bromas Charlie, eso conmigo no va.—En realidad yo era la reina de las bromas, pero eso se fue el día que me arrebataron al rey, no podía ser tal reina sin mi rey.


***


Ya estaba en la escuela y esta vez no se me quedo la mochila, incluso me desperté súper temprano. Estaba yendo al campo, no pensaba ser la burla en el equipo de las porristas.

—¡James!—Grité porque estaba lejos hablando con otros chicos. Corrí hacia ellos y me detuvo a uno centímetros antes de llegar.

—¿Qué quieres White?—Preguntó burlón, el hijo de puta ya sabia lo que quería pero quería ridiculizarme.

—Quiero entrar al equipo.—Puntualicé molesta, este tipo agotaba mi paciencia.

—Esta bien.—Sonrió y sonreí—Pero, tienes que cumplir con un reto.—Sonrió con malicia.

¿Que clase de reto?—En que lío me estoy metiendo yo solita.

—Tienes que tomar la ropa de Carl y correr lo que mas puedas sin que te atrape.—Los chicos que estaban con él empezaron a reír. Carl era el chico mas rápido del equipo se podría decir que era tan rápido como la luz.

—Hecho.—¿Qué estoy haciendo? Samantha para, te estas metiendo en la boca del lobo.

Salí en busca de la ropa de mi no tan amigo Carl que estaba en las duchas, entre los casilleros busqué el nombre de Carl hasta que lo encontré, Carl Blumer. Tomé su ropa pero el chico ya había salido de la ducha, era ahora o nunca Samantha.

—Oye, Samantha, ¿qué haces con mi ropa?—El chico solo tenia una toalla, corrí lo mas rápido que pude, si este chico me atrapaba seria Sam muerta. Corrí por todo el campo con Carl gritándome palabrotas o "¡Niñata, dame mi puñetero calzón!". Como ya había dicho antes mi época de hacer bromas había terminado, pero esto era una apuesta y definía si estaba dentro o fuera del equipo. Mientras el tipo me seguía las prendas se me iban cayendo, no sé si es que el chico ya no era tan veloz o que la toalla no lo dejaba correr bien.

Pasé por las gradas donde estaba James riendo junto a sus amigos, me las va a pagar, capullo hijo de puta.—James, ¡Ayúdame capullo!—Grité mientras seguía corriendo, si me detenía seguro y Carl me asesinaba pero si seguia corriendo me iba a dar un infarto. Correr o detenerme, correr o detenerme.

—¡Pase largo Sammy!—A lo lejos escuché a ¿James? ¡me dijo Sammy!. Lance lo que quedaba de ropa que eran sus calzoncillos, no porque me llamará Sammy, si no porque me dio asco. El chico Carl ahora persigue a James, ¿será que este chico no se cansaba nunca?


***


Después de una media hora de burla, por fin le dieron los calzoncillos al pobre chico. James me dijo que me dejaría entrar al equipo, pero antes debía presentar la prueba.Aunque el chico sea nuevo lo habían puesto de capitán, porque era buenazo jugando al futbol, pero obvio, no mas que yo. Mañana tenia la prueba y solo entraría, si le ganaba en un juego, así que mañana jugaría contra el capullo de James, genial.


***


Suerte, Samantha.—Sonrió burlón.

—No la necesito.—Sonreí con arrogancia, wow, suena raro, se supone que el tiene que ser el arrogante no yo, estoy arruinando mi historia cliché. Que más da, el juego ya había empezado y el idiota de James estaba haciendo trampa. ¡Me tackleo más de diez veces en cinco minutos! Llevamos dos a cero, ganando el con sus trampas, ya me estaba empezando a enfurecer. Cada vez que me enojo, exploto, no literal porque eso seria extraño, pero ya después no puedo controlar mi furia.


—Vamos Sammy.—Me gritaba Dave.—Por ser tan tonta y tan débil el rey te abandonó, ya no volverá nunca se fue y no pudiste hacer nada.—Este hijo de puta me empezó a exasperar, debería haberme puesto a llorar por recordarme la perdida del rey, pero solo despertaba en mi la ira, me recordaba lo impotente quera. Saqué una fuerza sobrenatural, estaba molesta, muy molesta, y toda mi furia iba a caer sobre este chico.

Al final terminamos seis a cinco, ganando yo, les dije que era la mejor, me ayudo mucho el enojo, ya que gracias a Dave, casi hago llorar a James, lo que quiere decir, que estoy en el equipo, ¡tómenla perras!

La culpa la tiene SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora