Shiva

Quedate.

Su romance era lo más cliché, como si tuvieran una lista donde van tachando las escenas más melosas de películas icónicas. Recreándolos como un pasatiempo que nutre el alma, con esta vana idea de que era lo más perfecto. Esperando el momento indicando, contando los segundos, tratando de leer los pensamientos del otro, lanzando las frases cuando se esperaban, siendo recibidas positivamente. Dibujando con la yema de los dedos, espirales en la piel, besos enmarcando las siluetas, pétalos de rosas acariciándolos como las gotas de la lluvia; porque era un romance que se vivió en los tiempos que caían lluvias torrenciales, saltando entre los charcos, corriendo tomados de la mano mientras reían lo más alto posible esperando que los demás volteasen. Escondidos debajo de algún toldo esperando no mojarse porque alguno ya tosía a causa de haber jugado en el agua un día atrás. Abrazados, temblando por el frio, ofreciéndose un poco de calor mutuo con uno que otro beso bastaba para que la temperatura subiera, tiñendo sus mejillas a un color rosado que podían asociar al mal clima.

De las tardes en que permanecían reunidos en su casa, haciendo alguna tarea o dejando las labores a un lado dándole un poco de atención a las hormonas, al cuerpo que llamaba al otro. Porque era unos adolescentes, estúpidos que se querían (Bien dice Sherlock Holmes que lo sentimental no se acompaña de la razón) no les interesaba demasiado si a la mañana siguiente tuvieran que pedir los apuntes presurosos a alguno de sus compañeros. No podían sencillamente decirle que no a la sonrisa de Yunhyeong, cosa que ponía celoso a Chanwoo. Se apartaba de manera incomoda, tratando de acallar esas vocecitas en su cabeza, tenía la fortuna de tener un novio considerado que llegaba por la espalda, asegurándole que era el único en su vida, que nunca se fijaría en nadie más "Nunca debiste decir esas palabras" que no veía su vida al lado de nadie más que no fuera él. Por ese tiempo estaba bien, correcto y quizá algunos al verlo en la historia de su vida soltarían algún suspiro "Solo lárgate" Chanwoo le creía, cada una de sus palabras eran su verdad, enredándose demasiado en esa relación.

Los pequeños detalles, el pasar de los años sin cansarse de lo que comenzaron en un día lluvioso. Saturar las memorias de sus teléfonos con imágenes de ellos juntos en tantas situaciones que el sencillo hecho de verlas causaba de esa nostalgia cálida, la que te deja con un dulce sabor, a lado de ese ser especial mientras rememora como fue que anduvieron por aquel lugar. Como una de esas galerías de fotografía, que visitan esas personas conocedoras del arte, afirmando que en esa imagen se escondía algo más, que era algo reconfortante para el alma observarlas. Que anhelaban algo así, por la manera en que sus sonrisas destellaban al mirarse. Tratando de descifrar que había más allá del gozo inaudito que expresaban en esta suave melodía que descubrieron "No dejes que nadie te diga que tu mereces esto" sobrecogidos con el sentimientos.

—Eres el culpable de que este enfermo, así que te quedaras a cuidarme— Chanwoo molesto (o haciéndose el que mucho le afectaba) estaba cruzado de brazos virando a un lado para no encontrarse con la mirada de su novio —Te dije que no debíamos correr debajo del agua ¡Siempre sucede esto!

— ¡Pero siempre hacemos esto en nuestros aniversarios! ¿Recuerdas cómo nos conocimos? Me diste lastima, parecías un perrito mojado— soltó una risotada, mofándose de su novio. Recibiendo un golpe en su brazo por tal comentario —Relájate, me quedare contigo "Siempre me quedare contigo"

—Como si te dejara huir — se dejó caer en el sillón, dándole la espalda. El día anterior había estado insistiéndole tanto que no quería volver a enfermarse como siempre lo hacía cuando se besaban bajo la lluvia (aunque si lo pensaba no era tan malo) —Tengo frío ¿así es como cuidas a tus enfermos?

—Iba justo por una cobija, pareces un viejito malhumorado — sacudió su cabello con su mano. El menor se hizo un ovillo para que no lo tocara.