Capítulo 28: "Navidad y ¿Pistas?"-Parte 2

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Esto era difícil, era difícil, porque ya yo sabía que había llegado el momento de enfrentar a mi madre, de ya dejar pasar tanto tiempo, evitando algo que no podía ser evitado, no sabia que hacer, no sabía que decir ni siquiera.

Tal vez si sabía, pero eran cosas de las cuales no sabía como decirlas, ni siquiera me estoy entendiendo yo misma, maldita sea.

Ella estaba ahí, enfrente de mi, mirándome, buscando una pista de como había estado estos meses, como siempre no había decoraciones en la casa, nunca las habían.

-¿Vas a hablar o te quedarás así?- dije yo un poco brusco.

-Emma, alejate de ese muchacho, es malo, lo se-

-Si hablamos de cosas malas que sean para mi, tu eres la primera madre-

-No digas eso, se que yo soy buena, solo soy un poco dura pero es para que seas la mejor-

-¿Un poco?, ¡Maldita sea, pase toda mi maldita vida en una miseria, tratando de ignorar que eras una terrible madre! -subi un poco el tono de voz, pero ya no podía con este sentimiento -¡Diciéndome que era mi maldita culpa, por no ser perfecta, diciéndome que sólo estabas pasando por un mal momento! ¿¡Cuantas veces me diste un abrazo o me dijiste como estaba!? ¡Ni una maldita vez Abigail! ¡Trate de ser perfecta por ti, pero me canse!, Me canse de vivir en una maldita mentira- dije mientras caminaba de un lugar a otro.

-Es que....es que tu no lo entiendes- dijo mientras se abrazaba ella misma, mirando un punto fijo de la sala -Es que te pareces tanto a ella- dijo mientras me miraba detenidamente.

-¿A quien? ¿De estas hablando?-

-¡A ELLA, MALDICION A ELLA!- dijo gritando.

-¿Quien es ella, Abigail?-

-Yo...Yo no puedo decirlo- dijo mientras empezaba a llorar y salía corriendo hasta el segundo piso.

Quede confundida, incluso más que antes, pero sabía en donde encontrará respuesta, y ese lugar era en su oficina.

Empecé a buscar entre los papeles que tenía en su escritorio, gavetas, en todos lados busque pero no había nada.

Busque en el último cajón y encontré una foto, de una niña de como 2 o 3 años, era yo, ya había visto fotos mías de pequeña así que sabía era yo, una joven como de 20 años con el cabello igual al mío y ojos verdes, se parecía mucho a mi, estaba Abigail también y había un chico de igual edad que la de la chica misteriosa.

Mire detenidamente la foto, se veían tan feliz todos y llegando a la conclusión de que ella era la chica de la que hablaba Abigail, era ella.

Pero ahora la pregunta era ¿Quien era y qué lugar ocupaba en nuestras vidas? No lo sabía, pero Rosa si debía de saberlo, hablaría con ella.

Agarre la foto y subí a buscar mi ropa, cuando tenía todo listo baje con cuidado y me fui.

Entre a la casa de Alex y fui de una vez a nuestra habitación y lo vi durmiendo en la cama, se veía tan bello pero el muy tonto ni se había vestido.

-¡Mejor despierta antes de que te tire un balde de agua fría, Alex Miller!- dije mientras caminaba ordenando la ropa.

-¿Que? ¿Que pasa?- dijo un poco asustado. Yo solo lanze una carcajada.

-Levantate mi amor, tienes que vestirte- dije mientras le daba un beso.

-¿Como te fue?- dijo mientras se ponía los pantalones.

-Te mentiría si te digo que bien- dije suspirando. -Alex me puse como loca a gritarle, sólo quería arreglar las cosas pero no lo hice, ella sólo respondía con monosílabas, frases cortas y es algo raro debido a que siempre que peleamos ella me da pelea, pero esta vez no lo hizo, sus ojos estaban perdidos en cualquier punto de la sala menos en mi, algo pasa, lo se Alex, dijo que me parecía a una chica, pero cuando le pregunté que chica se puso como loca que no podía decir nada, se fue corriendo pero en su oficina encontré esta foto un poco vieja y gastada- dije mientras le mostraba el cuadro que había encontrado.

No soy como creesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora