Capítulo 1: Odile, el Cisne Negro

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Existe un lugar, situado mucho más allá de las montañas, donde reina el silencio. Un lugar protegido por unos enormes sauces cuyas hojas son de oro y crean un hermoso halo de luz en cada amanecer. Un lugar mágico, habitado por seres increíbles, como si vinieran del mundo de los sueños. Seres tan fascinantes como los ciervos de cuernos en flor, las ninfas del río y los sinsontes de fuego. Pero, entre todos los habitantes de aquel bosque tan maravilloso, estaba Odile, el Cisne Negro, que venía del mundo de los cuentos. Era una chica de inigualable beldad, alta como un roble y fina como un junco. Sus grandes ojos marrones parecían reflejar mil estrellas del firmamento, y su habilidad de bailar sobre el agua dejaba atónito a cualquiera que la observara.

Pero por muy perfecta que ella fuera, por muy bondadosa que se mostrara, los demás seres la temían. Sentían verdadera pavura al verla pasar, y todo porque había sido exiliada del Lago de los Cisnes por un terrible accidente.

¿Qué fue lo que ocurrió? Nadie lo sabe con certeza. Lo único que había salido a la luz sobre la misteriosa Odile, es que había asesinado a la Reina Cisne, Odette. Lo cierto es que Odile nunca quiso que aquello sucediera; ella estaba bajo el hechizo de su propio padre, el malvado Brujo Cuervo Rothbart cuando las cuestiones. Odile nunca quiso irse al bando de la maldad, por lo que su padre lanzó aquel conjuro sobre ella. Ese día, el Cisne Negro, así llamada por su oscuro pelo y negra vestimenta, se transformó en una despreciable muchacha y sus ojos almendra, se habían vuelto rojos como brasas.

Tras cometer el terrible asesinato, la joven Odile despertó en las mazmorras del palacio de la Reina, sin saber muy bien qué hacía allí. Al día siguiente, los guardias la expulsaron a su actual hogar, el Bosque Dorado.

Odile consiguió apañárselas haciendo de una oquedad en un tronco de sauce su hogar. Y allí pasaba ella la mayor parte del tiempo, sola y pensando en lo desdichada que era. Pero Odile tenía más suerte de la que pensba, pues su nuevo hogar se trataba del Sauce de Plata, cuya leyenda dice que, aquel que consigue convivir con aquel viejo sauce y establecer un vínculo con él, podría cambiar su destino y su historia para siempre.

Cisne Negro: la historia jamás contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora