Una chica solitaria caminando sin rumbo, piel morena, cabello negro, delgada en complexión, esta viendo el mar con anhelo, la había visto el otro día, se ve interesante.
Me acerco a su lado en silencio, la veo de reojo y si es bonita de aquellas personas que ves y puedes dibujarlas, tomarles fotos y no te cansas porque para la vista son agradables, tienen esa chispa.
Ahora que lo pienso, yo jamás sería así, mmmm pero que triste, bueno que se le puede hacer, cada quien es quien es, ¿Quién soy? no lose, gran problema.
Llevó pensando que dedicarme a estudiar pero es difícil, tantas cosas que quisiera probar, tantas cosas quiero hacer, muchos lugares que ver, tan poco tiempo he de tener. Bueno, la vida hay que vivirla en presentes, lamentablemente.
La chica siente mi mirada y voltea, con una cara de pocos amigos, pero no me molesta yo también tengo esa mirada que da razones equivocadas, le habló.
Hola - saludó-
Hai -responde-
Te gusta el mar, verdad? a veces creó que somos como ella, tranquilos y de repente empiezan las turbulencias, luego las tormentas y si las cosas se complican somos huracanes, terminamos con daños, pero al fin nos calmamos. -comentó-
Puede ser, no se, tal vez tengas razón. -responde-
Vienes seguido? -preguntó-
No, hoy mi día estuvo calmado y pude venir, aprovecho porque en este muelle es agradable el ambiente y perfecta la vista del mar. -responde-
Interesante, ojalá nos volvamos a encontrar -comentó-
Sí, fue agradable charlar con alguien que piensa diferente, adiós. -responde-
La veo caminar y me preguntó, ¿ vida, ahora me traes alguien para que me enseñe y se quede o me queme y se vaya?
