Ya no me encuentro en una habitación de color negro. Ahora estoy en un lugar bastante parecido; noto cómo un color que no conozco se extiende más allá de lo que la vista es capaz de distinguir, entre el mundo de mis sueños. Sé que estoy dormido, y pienso despertar, pero quiero ver el final. Son el miedo y la desesperación.