Capítulo II

17 1 0
                                    

Hoy me desperté más temprano que ayer, está vez no retrasé la alarma como lo hacía siempre, hoy era un día distinto, lo sentía dentro mío, no sucedía nada en especial, solo sentía que iba a ser un lindo día.
Lo que no recordé al despertarme más temprano, es que era martes, y todos los martes entro dos horas más tarde, pero eso no iba a cambiar el sentimiento de que algo bueno iba a pasar.

Eran las 10 y me propuse ir a desayunar, por segunda vez, a algún lado, mi lugar preferido en este mundo, subway, allí podía sentarme en las mesas de afuera junto a Mora y comer las dos juntas. Al momento en que agarré la correa para llevarla, Morita se puso a saltar y a corretear, ella ya sabía lo que significaba eso. Salimos del departamento y caminamos 5 cuadras hasta llegar al lugar, la até a Mora a la silla de una de las mesas y se sentó a esperar a que volviera.
Dentro del lugar escogí un sándwich de pollo estilo teriyaki para mi y otro de carne y queso para Mora, ella amaba ese menú. Al momento de pagar el chico que me atendía, con unos ojos marrones enormes, me dice
-Su compra tiene 2x1 por ser el día aniversario de la inauguración de Subway- Mirándome fijo a los ojos y con una leve sonrisa
-Yo sabía que hoy iba a tener un día distinto, gracias por alegrarme la mañana-
Pobre, él sonrío por compromiso suponiendo que yo estaba loca, pero yo sentía dentro mio que hoy me iba a suceder algo bueno, y que mejor que ahorrar en comida para mi perra.
Terminamos de comer y volvimos para el departamento, dejé a Mora y me cambié rápidamente para llegar a horario al trabajo. Llegué 6 minutos tarde al trabajo, pero seguía siendo un buen día, por lo menos para mi, Rossana no pensaba lo mismo, apenas puse un pie en la oficina, me miró y no me dijo ni una sola palabra, ni siquiera me regañó, como lo hacía siempre, eso me hacía sospechar que algo había pasado y eso no es bueno para mi, porque me hace tener mas carga laboral, eso, es igual a salir más tarde del trabajo.

Llegué a mi casa a las 9:30 de la noche, estaba totalmente agotada, despeinada y cansada. Me cambié y me puse el pijama. Hoy no tenía ganas de cocinar estaba mirando la tele acostada en el sillón pensando en qué cocinar, a lo que suena el teléfono, me levanto y voy, era Juan el recepcionista del edificio diciendo que me había llegado algo, mi mente se puso en blanco, empecé a transpirar, era muy tarde para que me llegue algo, me asusté. Al bajar, Juan ve que estoy tensionada y me pregunta si había pasado algo, le conté que me parecía raro que llegue algo a esta hora, me miró y empezó a reirse de mí, yo estaba pálida, no entendía nada, a lo que me dice -Tranquila Zo, alguien te hizo llegar un kilo de helado- Juan no podía contener la carcajada.
-No te rías Juan, ¿no vez que capaz podía ser algún explosivo mandado por la CIA queriendo asesinarme por lo inteligente que soy y porque no trabajo para ellos?- le contesté riendo y más aliviada.

Una vez en el departamento abrí la bolsa y vi que junto al helado había una nota que decía "Con amor, R" ¿R? No conozco a nadie con R, bah, si, mi tía Ramona pero que no habíamos interactuado por años, por lo tanto lo descarte de mi mente.

La Vida, Zoha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora