Llegada

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-Eren-

-No.-

-Escucha hijo...

-No soy tu maldito hijo-fijo sus obres verdes en el hombre frente a él-Tú lo dijiste hace un momento ¿No?-sonrió irónicamente-Por si no lo recuerdas te lo refresco: "Solo eres el bastardo que recogí de la calle", bonitas palabras señor Jeager.

-¡Escúchame Eren!-grito.

-¡No!-contesto-¡No quiero escuchar ni una sola palabra de tu boca!-apretó los puños-Sabes que...-su expresión se volvió dura-... Le haré un favor, Sr. Jeager-le sonrió-este bastardo volverá a la calle-

*_*_*_*_*_*_*_

Abrió los ojos asustado, justo en el momento en que la carreta dio un brinco, haciendo que su cabeza golpeara contra la madera en la que estaba recostado.

Se sentó sobándose la nuca por el golpe, y miro mal al conductor aunque este no se percató.

Soltó un suspiro, mientras se recargaba en la madera detrás de él, pensando en su sueño o más bien recuerdo.

Apenas asimila que ayer hacia carreras con su hermana Mikasa para ver quien llegaba primero a su hogar, y ahora este en una carreta rumbo a la famosa "Legión de Reconocimiento". Y la verdad ni siquiera sabe cómo termino en esa rama del ejército, se supone que solo los más dotados entran allí, y él ni un arma ha tocado.

Si lo piensa de manera fría, fue una decisión muy estúpida el meterse a la milicia, pero lo hecho está además de que no tiene otro lugar a donde ir, se levanta con la intención de estirar sus músculos pero algo más lo entretiene; la vista que tiene en frente.

Es un castillo como el de los cuentos, rodeado de árboles frondosos y ubicado en la colina con una más alta de fondo, era hermoso. Sonrió con un poco de melancolía, iba a extrañar a su familia, a casi toda ella. Finalmente hizo lo que se propuso al principio y se volvió a recostar mirando las nubes pasar algo lentas por el trote del caballo. Con un último pensamiento se quedó dormido.

Él está muerto para su familia, sus amigos lo olvidaran y lo más seguro es que no vuelva al pueblo cuando ya viajo tres horas hasta este lugar.

-Mi nueva vida...-murmuro antes de caer al mundo de los sueños.

_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

-Oye niño-escucho al anciano de la carreta que lo llamaba, abrió los ojos lentamente-... Ya llegamos, bájate de una vez.

Se levantó mirando al viejo que se encontraba bebiendo agua sin mirarlo. Tomo la pequeña bolsa que le habían dado antes de meterlo en la carreta y se bajó, inmediatamente esta se hecho andar dejando una estela de tierra a su paso.

Luego de toser y sacar el polvo de su organismo, se encamino a la entrada del castillo. ¿Dónde estaban todos? Si no fuera por la limpieza que reinaba ya fuera del lugar pensaría que está abandonado. Pronto descarto esa idea, al entrar escucho cosas romperse y algunos gritos desde uno de los salones, dedujo que era el comedor por el olor a comida. Las puertas estaban cerradas pero podía escuchar algunas palabras a la perfección.

-¡Porque no te metes en sus propios asuntos!-

-¡Deja de ser infantil Rivaille!

-¡Solo no metas tus narices en mis asuntos Hanji!-tras esto se escuchó un horrible estruendo seguido de la puerta abriéndose, de esta salió un hombre un poco más alto que él y con cara de pocos amigos-¿Y tú quién demonios eres?-murmuro fijando su vista gélida en Eren, este tembló.

El escuadrón del Ángel -ERERI-Actualización lentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora